El Celta mantiene la confianza en el técnico, que sumó 5 de los últimos 18 puntos, a la espera de los acontecimientos que pueda deparar la semana de tres partidos que comienza el domingo
22 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Fran Escribá continúa al frente de la dirección técnica del Celta pese a que el equipo sumó cinco de los últimos 18 puntos en juego y ocupa la décimo séptima posición en la tabla, pero el futuro del entrenador valenciano depende de lo que suceda en la semana de tres partidos que se avecina. Los resultados y el juego ante Real Sociedad, Betis y Getafe, dictarán la primera sentencia de la temporada. El curso pasado, en una situación similar, Antonio Mohamed fue cesado en el parón de noviembre.
El crédito de Escribá está en fase menguante aunque la cúpula del Celta mantenga la apuesta. El club le quiso premiar con la continuidad después de conseguir una permanencia que por momentos parecía imposible, pero llegado el nuevo campeonato y con un plantel con nombres importantes, el equipo sigue en el mismo lugar en donde terminó el tortuoso curso pasado, el furgón de cola de Primera. De hecho, el domingo ocupó durante dos horas posición de descenso y solo la derrota del Betis por 3-1 lo sacó de la zona roja, aunque empatados con los de Rubi, otro de los equipos que están lejos de su presunto estatus.
Los nueve puntos que tiene el Celta camino del primer tercio del campeonato no solo son un problema actual por la necesidad de marcar territorio con el descenso, sino que también actúan como losa para pensar en un objetivo más ilusionante. Con el plantel reunido la palabra Europa volvió a sonar en los intramuros de Balaídos, pero a las primeras de cambio esa idea se ha desmoronado. En esta situación, la crítica más generalizada apunta a que Escribá no le está sacando todo el partido a la plantilla y que después de tres meses no ha dado con la tecla en cuanto a una idea de juego. El valenciano apostó por arreglar el problema defensivo y a cambio ha perdido casi toda la pólvora en ataque.
La situación es parecida a la vivida hace un año con el argentino Mohamed. A estas alturas los célticos, que salieron pensando en el pasaporte continental, eran décimo terceros con 10 puntos y la falta de juego era el denominador común de todos los análisis. La única diferencia estaba en los goles: 13 encajados y otros tantos marcados, seis de ellos fuera de casa (1 esta temporada en cuatro partidos). Mohamed no enderezó el rumbo y fue despedido en la jornada 12. Escribá tiene una semana de nueve puntos para evitarlo. O quizás menos.
Prolongada ausencia del técnico en la sesión de recuperación
Fran Escribá no faltó a sus labores el día después de encajar la cuarta derrota (en nueve partidos) de la temporada. El valenciano apareció al principio de la sesión pero desapareció durante media hora del entrenamiento de recuperación del equipo en la mañana del lunes en A Madroa.
Escribá volvió al filo de las once y cuarto al campo principal de entrenamiento de A Madroa y en un primer momento se puso fuera de foco. De los fotógrafos y del entrenamiento que en aquel momento cambiaba el trabajo físico por un rondo. Sí estuvo más participativo en los partidillos a espacio reducido que completaron la sesión de recuperación previa al día de descanso.
En público (era la sesión en abierto de la semana) el entrenador no mantuvo ningún aparte con ningún jugador ni con ningún miembro de su cuerpo técnico. Hoy será día de reflexión en la intimidad y el miércoles vuelta a empezar para preparar una semana clave.
ANÁLISIS LA TAREA PENDIENTE DE ESCRIBÁ
Sin patrón de juego y sin rendimiento individual
La falta de una línea de juego definida, de un plan alternativo para cambiar la dinámica de los partidos y el rendimiento de los futbolistas son los principales aspectos que se le imputan a Fran Escribá. El valenciano no ha dado con la tecla después de nueve jornadas y eso se traduce en una complicada situación clasificatoria sazonada con la imposibilidad de ganar a domicilio y de encadenar dos victorias consecutivas.
FILOSOFÍA
La falta de una idea definida de juego
Nueve jornadas después, el Celta todavía no tiene una idea definida de juego y un plan para le permita ser un equipo redondo. Creció en defensa (salvo en el segundo tiempo de Mendizorroza) pero a cambio de perder gran parte de su poder ofensivo. El equilibrio es la asignatura pendiente de Escribá, que salvo contadas excepciones siempre se ha decantado por el 4-4-2 como dibujo.
RENDIMIENTO
No exprimir todo el potencial de la plantilla
Es la principal crítica que recibe el técnico valenciano. El Celta ha reunido a uno de sus mejores elencos de futbolistas y muchos de ellos no están dando su mejor versión, ni los nuevos y ni los que ya formaban parte del plantel la temporada pasada. Aidoo, que también tiene sus lagunas en la salida de balón, se está llevando los mayores elogios, seguido por Rubén. No parece buena noticia para el equipo que un central y un portero sean los más destacados.
PREVISIBLE
Un equipo con un solo plan de juego
El Celta se ha convertido en un equipo previsible y fácil de defender para los rivales, sin plan B ni capacidad de sorpresa. Incide en la salida de balón con uno de los mediocentros metiéndose entre centrales, abusa del pase en muchas zonas del campo y siempre intenta finalizar por el pasillo central, con poca tendencia, además, a ensayar el disparo desde fuera del área. Las bandas, por la confección de la plantilla, apenas existen, lo que permite a los adversarios centrar sus esfuerzos en el juego interior para neutralizar a los célticos. El contragolpe, que se podía ejecutar con Santi Mina, tampoco aparece.
LA MANTA
Mejorar atrás a costa de desaparecer arriba
Los últimos técnicos que han pasado por el Celta centraron sus desvelos en disminuir la sangría defensiva y Fran Escribá es el único que lo ha conseguido en este arranque de liga, pero a costa de convertir el tradicional poderío ofensivo del Celta en un recuerdo del pasado. Los celestes han bajado de 13 a 11 los tantos recibidos pero a cambio se han dejado ocho goles a favor por el camino: 13 el curso pasado y cinco en la actualidad. Fuera de casa solo un gol a favor en cuatro partidos (seis hace un año).
INTENSIDAD
Cinco faltas en todo el partido ante el Alavés
El Celta está obligado a morder como el que más pese a su repertorio en ataque y los números ponen en duda la intensidad. Ante el Alavés, en un partido de mucho juego directo y presión, los célticos solo cometieron cinco faltas en todo el partido por las 20 de los alaveses. Demasiado pocas intercepciones para una contienda tan dura.
LOS NÚMEROS
Sin triunfos fuera y sin dos victorias seguidas
Escribá tiene dos cuentas pendientes desde que llegó a Vigo en marzo. Su Celta no ha encadenado nunca dos victorias consecutivas (sí sumó cuatro puntos en dos partidos) y fuera de casa ya acumula 16 contiendas sin volver con los tres puntos. Esta falta de continuidad ha privado a los celestes de visitar posiciones más lustrosas de la tabla. Lleva medio año moviéndose por el furgón de cola.