El uruguayo, casi desaparecido en los dos últimos meses, será la gran novedad en la ataque del Celta en la contienda con un Getafe que se vuelve a cruzar en el camino del técnico valenciano
03 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Llegó a Vigo como el recambio de Maxi Gómez, pero su puesta de largo en Europa por el momento se cocina a fuego lento. A estas alturas, hace dos años, el ciudadano de Paysandú sumaba seis goles y lo había jugado casi todo, pero Gabriel Toro Fernández lleva dos meses desaparecido del mapa (27 minutos en cuatro partidos desde el 30 de agosto, cuando fue titular por última vez en el Sánchez Pizjuán). Pero los avatares del fútbol le colocan como titular esta tarde ante el Getafe y en la última esperanza para que Fran Escribá pueda burlar su destino ante el Getafe, el equipo con quien ha cocinado todas sus desgracias balompédicas hasta la fecha.
El exdelantero de Peñarol, fichado por tres millones de euros, aterrizó con mal pie. Le costó adaptarse, tuvo un par de problemas físicos y se ausentó en dos ocasiones y por un tiempo prolongado para solucionar sus problemas con la justicia en Uruguay. Ahora parece que todo está en orden y la ausencia de Santi Mina le abre las puertas a una titularidad incluso confirmada por su entrenador. «Está aquí porque es un jugador de área, un rematador, y eso es lo que necesitamos el domingo. Aspas casa bien con cualquier tipo de futbolista, pero teniendo a un jugador más de referencia la movilidad se la vamos a pedir más a Iago. Mina puede jugar en la banda, pero a Toro lo queremos más en zonas cercanas al área. Eso puede permitir que Iago esté más liberado», comentó Escribá.
Porque Aspas, haciéndole caso al preparador, estará en el partido pero el moañés arrastra molestias desde el partido del miércoles y ayer ni salió a entrenar. En teoría, se quedó en el vestuario «haciendo descarga».
Los dos, Fernández y Aspas, formarán un tándem que solo combinó en las tres primeras jornadas y que hoy debe resultar decisivo para superar al Getafe y salvar la cabeza del entrenador.
La presencia de ambos en el once invita a pensar en el retorno al 4-4-2 después de jugar con tres media puntas en el Benito Villamarín. En ese dibujo tendrá cabida Brais Méndez en la derecha para cubrir la baja del lesionado Rafinha, mientras en el doble pivote no puede descartarse que Escribá introduzca un poco de músculo para contrarrestar a un equipo que hace de la intensidad virtud. Pape, que fue expulsado el domingo pasado, u Okay, que lleva dos partidos en blanco, podrían tener cabida en la formación inicial. También Olaza en el lateral izquierdo después de ceder el puesto a Juncà ante el Betis.
Y frente al orden, la intensidad y también jugadores de buen pie cuando deciden atacar, el inquilino del banquillo celeste reclama paciencia, madurar el partido, evitar las pérdidas e igualar esa intensidad. Y aumentar los brotes verdes de los que hizo gala el equipo ante la Real Sociedad y especialmente ante el Betis hace tan solo cuatro días.
Esta esa la pócima para evitar que el Getafe le vuelva a jugar una mala pasada en su vida. De azulón vivió su primera destitución en la campaña 15/16 y el equipo del sur de Madrid también le entregó el finiquito cuando al Villarreal le entraron las prisas en la sexta jornada en la 17/18. Ahora se vuelve a cruzar en su camino con las bajas del lesionado Markel Bergara y la sanción de Damián Suárez, que vio su quinta cartulina amarilla frente al Granada, pero con un elenco de buenos futbolistas que han llevado al cuadro azulón a disputar la Europa League esta temporada. Una dura reválida.