Una trituradora de técnicos

X. R. C. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

Desde el año 2007, 16 entrenadores han pasado por el banquillo del Celta

05 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Fernando Vázquez fue el primer entrenador de la era Mouriño, ya estaba en el banquillo cuando se convirtió en accionista mayoritario, y Óscar García Junyent se ha erigido en el décimo sexto. En trece años, el tiempo que va desde abril del 2007, cuando fue cesado el estratega de Castrofeito, hasta el 4 de noviembre del 2019 con el nombramiento del catalán.

A lo largo de este tiempo solo dos técnicos merecen la etiqueta de estables en el banquillo céltico. Eduardo Berizzo, que se convirtió en el entrenador más longevo con tres temporadas completas, y Paco Herrera, que estuvo dos años y medio e hizo realidad el objetivo del ascenso a Primera en el 2012. También dejaron huella Eusebio Sacristán, que estuvo un año y medio y fue el encargado de poner la primera piedra del proyecto de cantera, y Luis Enrique, pese a que el asturiano solo estuvo una temporada en Vigo.

Parecía, después de unos primeros años de zozobra con hasta ocho técnicos (Vázquez, Stoichkov, López Caro, Antonio López, Menéndez, Murcia, Eusebio y Herrera) cavando en la zanja de la Segunda División, que el Celta había encontrado equilibrio en el banquillo con Herrera, Luis Enrique y Berizzo, pero desde la marcha del Toto, la inestabilidad se ha adueñado de nuevo del banquillo, especialmente en los últimos quince meses. Porque después del argentino llegó Unzué, que firmó por dos años y se fue al acabar el primero con más pena que gloria, pero sin poner el proyecto de Primera en riesgo en ningún momento.

Algo que no han conseguido los tres inquilinos que llegaron a continuación. Porque Óscar García Junyent es el cuarto técnico del equipo en los últimos 15 meses. La locura comenzó con Antonio Mohamed, a quien el Celta tuvo que despedir en la jornada 12 de la temporada pasada (la misma que ahora Escribá), aunque después en Argentina el preparador habló de desavenencias con la cúpula y que había «cortado por lo sano». Su sustituto fue Miguel Cardoso, que pasó por Vigo de puntillas y dejó al equipo en una situación más que comprometida que arregló Escribá con la permanencia del curso pasado. Pero los ilusionantes 12 partidos de la temporada anterior con el valenciano se convirtieron en 12 preocupantes citas esta campaña, de ahí la destitución del domingo, la novena desde que Mouriño ostenta la presidencia del club.

Ahora toma el testigo García Junyent con el reto de devolver la estabilidad a un puesto siempre caliente. Si tiene continuidad es que todo irá bien.

Escribá pasó por las instalaciones de A Madroa para despedirse de la plantilla

Fran Escribá fue despedido el domingo a las once y media de la noche y su primera tarea en la mañana del lunes fue acudir a A Madroa para despedirse de los que fueron sus jugadores los últimos siete meses.

Escribá llegó a primera hora de la mañana acompañado de sus colaboradores para despedirse de los jugadores y recoger sus pertenencias. También estuvo el director deportivo, Felipe Miñambres, que abandonó las instalaciones pasadas las diez y media de la mañana. El maragato, que lleva cinco entrenadores desde su llegada a Vigo, fue el único alto ejecutivo del club que no estuvo presente en la presentación del acuerdo con el gobierno de Islas Maldivas en la sede.

El propio Escribá se despidió con una carta de agradecimiento a todos los estamentos en Facebook y el preparador físico, por su parte, mandó un mensaje a través de su cuenta de Twitter: «Agradecido a todo el Celta la confianza y el apoyo profesional cercano recibido durante todos estos meses y por supuesto, a toda la afición que siempre estuvo ejemplar y nos hizo vivir con toda su fuerza momentos inolvidables. Gracias y hasta pronto!», indicó Miguel Villagrasa.

La despedida de Denis

El céltico Denis Suárez dedicó unas palabras de despedida a través de sus cuentas en redes sociales al entrenador saliente del Celta: «Las cosas no han salido como todos esperábamos, pero nos quedamos con tu compromiso, respeto, profesionalidad y cariño. Gracias, míster. Y suerte en el futuro, la mereces».