La posición de Okay, el partido de Rafinha y el control del tiempo de partido de Rubén, entre las claves
11 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.De repente, el Celta despertó. Despertó del letargo de la linealidad que le ha acompañado esta temporada, despertó de la horizontalidad, de la previsibilidad y recuperó ese punto de locura germen de las remontadas que el año pasado sirvieron para salvar la categoría in extremis. Porque hasta ahora es cierto que el equipo ha competido con cualquiera, pero también transmitía que le faltaba algo para ganar. Ganar es fundamental, un punto de inflexión sobre el que cimentar la recuperación. Pero las victorias pueden valer para ocultar defectos y las derrotas para magnificarlos. El domingo el Celta encajó un gol y pudo encajar la sentencia en dos errores defensivos importantes que habrá que evitar, pero al igual que en otros partidos lo mereció y no lo consiguió, el domingo al final la rupturista apuesta de Óscar sirvió para ganar. Una victoria emocional pero sobre todo práctica que sirve a los celestes para después de muchas jornadas salir del descenso. Y así se lo transmitió a la afición.
1 LA CLAVE
Tres minutos separaron los movimientos tácticos de Lopetegui y Óscar García, que a la vista del desenlace final resultaron cruciales. El técnico sevillista inició las hostilidades colocando a Banega en el campo para activar a un Sevilla demasiado cómodo con el resultado. Bradaric fue la respuesta celeste. Pero más que la inclusión en el campo del croata, lo que cambió el partido fue la decisión de adelantar a un cansado Okay que fue quién de romper el partido. El turco se descolgó en defensa y su protagonismo en las transiciones fue clave para romper a un rival que había conseguido replegarse con rigor durante 70 minutos. El efecto sorprendió y consiguió abrir un partido que con idas y vueltas de área a área acabó convirtiéndose en un intercambio de golpes con aroma a tiempos anteriores y que finalmente acabó cayendo del lado celeste.
2 EL BINOMIO
Iago no está solo en su tarea de comandar la recuperación celeste. El domingo Rafinha confirmó la tendencia de los últimos partidos en los que se ha apreciado un crecimiento notable del centrocampista hispanobrasileño. Contra el Sevilla ambos jugadores se buscaron y cuando fueron capaces de asociarse entre ellos el Celta demostró peligro. Sirva como ejemplo el gol del empate. Aspas, con un toque, supera dos contrarios habilitando a Okay que entrega el balón a Rafinha. Este a su vez es capaz de filtrar un pase entre 5 rivales a un Aspas convertido en principio y final de la jugada del empate.
3 EL TIEMPO DE PARTIDO
Qué importante es el control del juego que ejerce un portero con sus decisiones de cómo y cuándo iniciar el juego. El portero mide el tiempo de partido, cuándo hay que jugar rápido, cuando hay que temporizar, parar el partido, etc. Poco se hablará del primer pase en la jugada del empate, pero sí, fue de Rubén. Y no fue algo casual sino algo ya repetido en ocasiones anteriores.
Julio Álvarez-Buylla es entrenador nacional, máster en psicología deportiva y coach deportivo.