La receta de la competitividad

m. V. F. / l. m. r. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Pepe Torres

Patxi Salinas, De Lucas y Madó González analizan cómo ha recuperado el Celta el gen competitivo

05 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

«Este equipo puede y tiene que competir mucho mejor», advertía Óscar García Junyent ya el mismo día de su presentación como entrenador del Celta tras el cese de Fran Escribá. El catalán tenía claro desde el primer momento que ese era un déficit que les estaba pasando una cara factura y que urgía ponerle solución. Esta semana volvía a recordar que solo con la calidad no se ganan partidos en Primera, sino que hace falta esa competitividad que, bajo su dirección, el grupo ha ido recuperando y que poco a poco se va reflejando en los resultados.

Pero, ¿cómo se consigue recuperar el gen competitivo que los vigueses parecían haber perdido durante tantas semanas? El excéltico Patxi Salinas, siempre caracterizado por su garra y carácter sobre el terreno de juego, cree que «con la plantilla excepcional que tiene el Celta, con esos grandes jugadores de calidad, ese gen es fácil de coger». Entiende que una mala dinámica puede desencadenar que se pierda como les llegó a ocurrir a los vigueses, pero factores como «un cambio de entrenador, un cambio de sistema y una idea nueva» pueden haber contribuido e recuperarlo, aunque con un período de adaptación por medio que ha retrasado la llegada de las buenas sensaciones.

 

El papel de los líderes

La psicóloga deportiva Madó González aborda la cuestión desde la parcela mental. «La competitividad tiene un cierto componente genético y es evidente que hay personas más competitivas que otras, pero es una faceta que se puede trabajar, como otras muchas de la personalidad o del comportamiento de un grupo», plantea. A su juicio, que haya habido futbolistas que hayan asumido un rol de liderazgo -Rafinha comentaba la semana pasada que se siente cómodo en ese papel, lo mismo que Iago Aspas- también ha sido clave en el resurgir del Celta en esta faceta.

Aunque recalca que su valoración de lo que sucede en la entidad celeste es desde la lejanía, la experta percibe que «el hecho de que sean los líderes los que se impliquen más en incrementar esa competitividad» favorece que se consiga el objetivo. Y añade que «es más acentuado el efecto si los líderes son de casa y marcan señas de identidad de un equipo».

Pero esos líderes ya estaban en la plantilla desde el principio y cuando se le pregunta al respecto a Quique de Lucas, otro excéltico recordado por su espíritu competitivo, también parte de la premisa de que «la competitividad se puede llegar a entrenar, pero necesitas tenerla». Por eso sostiene que el gen competitivo de los célticos «estaba ahí desde el principio, pero por lo que sea no aparecía». «Tienen mucho que ver las últimas incorporaciones, con las que ha salido ganando el conjunto. Al final, la competitividad es uno de los pilares de cualquier equipo», reflexiona.

También Salinas se fija en los refuerzos como un punto a favor para que el Celta haya recuperado esa característica que había perdido. «Murillo me parece un acierto 100 %. Es un central fantástico, al conocer la liga no necesitaba adaptación y, además, es un futbolista de carácter y que imprime personalidad al equipo», indica resaltando también que Smolov apunta maneras en lo futbolístico con su gol en el Bernabéu y también da la impresión de ser un jugador carismático que puede sumar y ser importante para la causa.

La llegada de nuevos fichajes, además, se ve como un aliciente y un soplo de aire fresco cuando en un equipo aparecen dificultades que hacen que deje de resultar competitivo. «A veces la competitividad no sale a relucir porque hay otros aspectos que la merman, sobre todo si un grupo no es capaz de controlar la presión o no logra mantenerse cohesionado», señala Madó González. Considera que es un aspecto que es importante trabajar, «pero no solamente en el momento en que manifiesta el problema, sino desde el principio de la temporada».

Perspectivas y presión

Desde el punto de vista de exfutbolista y actual entrenador, el diagnóstico de Patxi de por qué se produjeron estas dificultades es también que son muchos factores los que pueden desencadenarlo. «A veces son las situaciones. Entras en una dinámica negativa y cambiar su signo no es fácil. Quizás se empezó la temporada con perspectivas demasiado altas y para jugadores que tienen la idea de pelear por puestos europeos no es fácil gestionar la presión de la lucha por la salvación», reflexiona.

De Lucas muestra su convicción de que «la única manera de que un equipo rinda a su mejor nivel es que lo hagan sus líderes» y Salinas valora que, en ese sentido, Rafinha ha sido el primero en dar un paso adelante. «Empezó parecido a Santi Mina o Denis, que son jugadores de los que se espera mucho más, y ahora ves que ha metido seis velocidades, no cinco. Está haciendo un trabajo descomunal, y si se consigue que los jugadores que faltan se enganchen también, este equipo sería imparable», analiza el exfutbolista.

La recuperación de esos jugadores, indican, pasa por «un buen resultado o un buen partido que permita recobrar la confianza». Para De Lucas, además, este Celta se parece más al de su época, afirma y hay que ir todos a una. «Si no puedes tener el balón, tienes que tener movilidad también para recuperarlo y es importante que todo el mundo ayude en defensa», recomienda.