Olaza confirma que debe volver a Boca el día 30

la voz VIGO

GRADA DE RÍO

Lalo R. Villar - LFP

El lateral asegura que por el momento no hay novedades en cuanto a su situación

20 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Lucas Olaza deberá volver a Boca -club por el que está a préstamo en el Celta- a partir del día 30 de junio si su situación no da un giro en los próximos días. Es lo que venía dejando caer su agente, Pablo Rivero, en sus declaraciones de los últimos días a varios medios de comunicación en Argentina y Uruguay, y ayer fue el propio lateral zurdo céltico quien lo confirmó a la TVG a su salida de A Madroa.

«No hay ninguna novedad», respondió en primer término el jugador uruguayo cuando se le preguntó al respecto. A la pregunta de si se tiene que ir a final de este mes, cuando termina su cesión, respondió afirmativamente, aunque dejando la puerta abierta a que pueda haber cambios en los próximos días al afirmar que «de momento sí», seguido de un «no sé nada».

Su representante había sido más explícito, dejando claro que no hay acuerdo entre los clubes para una prórroga en la cesión, que vence a final de mes. Lo achacaba, además, a que el Celta no dispone -según su versión- de dinero para afrontar la compra del futbolista por un importe de cuatro millones de euros.

Olaza llegó al Celta en el mercado de invierno del 2019 y, aunque tardó en hacerse un sitio en el equipo, se convirtió en indiscutible en la recta final de la pasada campaña con Fran Escribá. Mantuvo esa condición esta temporada, tanto con el técnico valenciano como con el actual, Óscar García Junyent, que le han dado toda la confianza.

El defensa ha intervenido esta temporada en 27 de los 29 partidos que se han disputado. Los dos que se perdió fueron con el anterior entrenador, en una ocasión siendo descarte tras entrar en una lista de 20 (contra el Alavés en la primera vuelta) y dos jornadas más tarde quedándose en el banquillo frente al Betis. Con Óscar no solo ha sido titular siempre, sino que ha disputado todos los minutos posibles.

Las cosas se complican para el Celta ya no solo por su posible marcha el 30 de junio, sino porque aunque continúe, está apercibido y el otro jugador específico de su posición, David Juncà, está lesionado. En caso de no poder disponer del charrúa por un motivo u otro, la solución pasaría por colocar en su puesto a alguno de los centrales del plantel.