Su último partido como céltico fue ante su actual equipo, con el que ahora regresa por primera vez a Balaídos
15 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El 18 de mayo del 2018, Nemanja Radoja vestía la camiseta del Celta por última vez. Aunque iba a seguir formando parte de la plantilla una temporada más, no volvería a jugar ni un solo minuto. Y en esa última vez que sí se vistió de corto, con Juan Carlos Unzué en el banquillo, los célticos se enfrentaban al Levante. Ahora, el serbio forma parte de ese mismo equipo, con el que ejercerá como visitante en Balaídos por primera vez en su carrera.
Porque Radoja aterrizó en Vigo procedente de la FK Vojvodina para vivir su primera experiencia en La Liga en el 2014. Se comprometió por cinco años y fue exactamente los que militó en el equipo vigués. Un período en el que disputó 146 partidos entre Liga, Copa y Europa League, convirtiéndose en un fijo por momentos y con etapas en las que asumió un rol más secundario, lastrado también en varias ocasiones por los problemas físicos.
Pero en el verano del 2018 comenzó su ocaso celeste. Con un año de contrato por delante, no quiso renovar ni tampoco abandonar el club, lo que le condenó a pasar un año completamente en blanco, entrenando con el equipo como uno más, pero sin disputar un solo minuto ni entrar siquiera en ninguna convocatoria. Fue la decisión que tomó el Celta ante la negativa del centrocampista a prolongar su contrato o marcharse a un nuevo destino.
Radoja siguió entrenando con total normalidad sin pronunciar una sola palabra sobre su situación durante el tiempo que permaneció en Vigo. Sí lo hizo una vez concluida su vinculación con el club. «Me ofrecieron prolongar el contrato, pero no quería. Debido a mi actitud, la gente del club decidió que no fuera parte del equipo, entrenando regularmente pero sin jugar partidos», describía lo que había vivido. Y agregaba: «Me ofrecieron prolongar el contrato, pero no quería. Debido a mi actitud, la gente del club decidió que no fuera parte del equipo, entrenando regularmente pero sin jugar partidos».
El Levante fue su destino y con el equipo granota ha disputado este curso 25 partidos y 1906 minutos. Incluso anotó un gol -la misma cifra que en sus años celestes- y pudo haber tenido más protagonismo de no ser porque también atravesó por problemas físicos. La pasada jornada disputó casi media hora partiendo desde el banquillo tras haber sido titular en los dos compromisos anteriores. En caso de jugar, sería su primera vez como visitante en Balaídos, pero no contra el Celta. En la ida, en el Ciutat de Valencia, completó los 90 minutos.