Una mala gestión de las expectativas

l. méndez VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Xoán Carlos Gil

Psicólogos deportivos analizan la irregular campaña del Celta

06 ago 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El Celta se ha visto atenazado por los nervios, por la incertidumbre generalizada y por una mala gestión de las emociones. Así diagnostican la temporada del club vigués los psicólogos deportivos Madó González y Julio Torrado. Una temporada de altibajos, con un grupo muy implicado sentimentalmente y una pandemia que ha derivado en una situación atípica para todos los futbolistas.

Ansiedad

Mala gestión de las expectativas

El Celta de la pasada campaña ha sido un grupo formado por gente joven y que necesitaba su tiempo para cohesionar. Sin embargo, a principio de campaña, club, jugadores y aficionados generaron unas elevadas aspiraciones.

La gestión de la ansiedad derivada de estas altas expectativas es considerada clave en el diagnóstico celeste. «El Celta es un grupo heterogéneo formado hace poco. Dificulta su organización, su gestión y requiere más trabajo», apunta Madó González. Para Julio Torrado, las expectativas que se marcaron influyeron en la posterior evolución emocional: «De ahí nace también la ansiedad. En el momento que empiezas a ir por debajo de las aspiraciones es una bola de nieve que va cuesta abajo».

Liderazgo

Desgaste en los líderes

Iago Aspas acaba de soplar 33 velas. Acabó física y mentalmente agotado en otra campaña en la que se vio abocado a pelear por no descender. Para los pesos pesados fue un año de mayor desgaste. «Muchas veces desajustes externos contribuyen a eso, a que sea más difícil idear o canalizar un grupo hacia un objetivo común y los líderes notaron el desgaste de una temporada por debajo del nivel esperado», comenta Torrado.

Además del liderazgo sobre el campo, la no consolidación de los líderes sociales -los técnicos- dificulta el seguimiento del grupo. «Es un elemento que el Celta no consigue congeniar del todo. Existen líderes deportivos pero los líderes sociales, de grupo, necesitan un tiempo más estable y consolidado y el club no lo logró por el momento», continúa.

apego

Un grupo emocionalmente vinculado con el equipo

La Operación Retorno también tiene su repercusión psicológica en el desarrollo del grupo en la pasada temporada. Muchos de los jugadores llegados tienen un vínculo especial con el Celta. Para los expertos esto, mal canalizado, puede acarrear problemas que incrementen el miedo al error. «Desde fuera se veía un equipo emocionalmente muy intenso. Estás hablando de jugadores que crecieron en Vigo, que se sienten deudores, más responsables con la afición», dice Torrado. Los psicólogos consultados extraen una parte positiva y es la vinculación con el proyecto celeste.

Estados de ánimo

Una temporada como una montaña rusa

«Es lo que se llama diente de sierra, si tiran para arriba todo es euforia desmedida y, de repente, tiran para abajo y todo es un drama. Se vuelven inestables», dice Julio Torrado. Madó González apunta que siempre será mejor un grupo que controle «las variables psicológicas» y que es igual de malo el exceso de confianza como una baja autoestima deportiva. «Es importante mantener unas habilidades psicológicas moderadas», afirma González.

Pandemia

Afecta de manera desigual a los deportistas

Aunque bien reumerados, los futbolistas pasan por ser trabajadores que ante una situación excepcional reaccionan igual que la sociedad. El miedo o la incertidumbre son llevados de manera diferente por los deportistas. «Tienen su contexto familiar y deportivo. Hay gente que controla mejor esa ansiedad y reduce ese nivel de incertidumbre, a otras les afecta más», dice Madó. «La pandemia rompió la situación, cambió radicalmente calendarios, planificación y generó incertidumbre en futbolistas humano», concluye Torrado.