«Nací un 23 de agosto y mi segunda palabra fue Celta»

La Voz VIGO

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Sheila López, abonada desde que nació, sopla 20 velas el mismo día que el club celebra 97 años

23 ago 2020 . Actualizado a las 10:48 h.

Cuando Juan López de Guereñu supo que iba a ser padre, tuvo claro que su hija sería socia al nacer. Y Sheila vino al mundo un 23 de agosto hace hoy 20 años. «Me encanta poder celebrar mi cumple con el Celta, es algo peculiar. Y conozco a socios de mi edad, pero no desde que nacieron. Cuando lo dices, choca», comenta la joven, a la que le cuentan que su segunda palabra «después de papá, fue Celta».

«Que naciera el 23 fue la bomba, algo así como un premio por ser buen celtista -indica el padre-. Y para ella es un orgullo, cuando se pica con el hermano le dice que ella nació el mismo día que el Celta», señala Juan, cuyo segundo hijo, de 17 años, también lleva ese mismo tiempo de abonado.

Juan lleva también toda la vida como «celtista de corazón», aunque algo menos como abonado, pues recuerda los tiempos en que era habitual que los pequeños pasaran con otros socios. «Recuerdo el Celta de Pavic en Segunda B, nada de momentos de Mostovoi y compañía solamente, sino también las épocas en las que bajábamos seguido», subraya. Su carné data de principios de los 90, pero sus inicios en Balaídos, de finales de los 70.

Su mujer es igual de celtista que él y socia desde antes de ser novios. De ahí que no hubiera discusión alguna sobre la gestión tan temprana de los carnés de los niños. «Ella también es celtista a muerte, en nuestra boda sonó el Himno del Celta», indica Juan, que estuvo muy implicado en colectivos celtistas durante muchos años y reconoce que fue algo rebelde. «Con los años fui cambiando un poco, los niños salieron más calmados, pero también lo viven mucho».

Admite López que si le dijeran que dejan de ser abonados sería una decepción, aunque entendería que tomaran la decisión que quisieran. «Sería una desilusión, pero tienen libertad para hacer lo que quieran. A corto plazo no lo veo factible», dice basándose en cómo lo viven ambos. El carné siempre ha sido el regalo de cumple. «Cuando andábamos más justos, llegó a ser el regalo entre varias personas, pero el 90 % de las veces lo pagamos su madre y yo». Confía en que sea así por muchos más años.