Igual que el curso pasado en el Sevilla, el céltico, que está a punto de cumplir los 34 años, arranca la temporada a un excelente nivel físico
25 sep 2020 . Actualizado a las 21:32 h.Los inicios de temporada son para Nolito. El curso pasado, en el Sevilla, cambió una situación que parecía irreversible para convertirse en un fijo para Lopetegui durante el primer tercio de campeonato y un año después, en Vigo, comenzó la temporada como un tiro. A punto de cumplir los 34 años, el sanluqueño no ha parado de correr en ninguno de los dos partidos, en donde además ha creado oportunidades y ya ha dejado un vídeo para el archivo de LaLiga en su concepción del primer gol del Celta. Guardando el balón entre una nube de contrarios hasta habilitar el pase perfecto para Aspas.
Nolito llegó a Vigo con el regreso del fútbol tras el parón, después de perder con el Villarreal, y en una operación que fue posible por la baja de larga duración de Sergio Álvarez. En ese intervalo de once partidos, el gaditano participó en siete, pero solo uno de inicio (ante el Betis al que le marcó de falta directa). Sin embargo, con la nueva temporada, el extremo ha dado un paso al frente.
En la atípica pretemporada demostró su buen estado de forma y llegada la liga se ha mostrado de lo más activo y participativo en los dos encuentros. En facetas ofensivas y en las ayudas para hacer la presión y auxiliar a Olaza en labores defensivas.
De entrada, el gaditano jugó completos los dos partidos. En el primero rozando el gol con un fuerte disparo desde la frontal, con un acierto en el pase del 57, 6% (repartió 33) y con ocho pases en largo que posibilitaron más de una contra del conjunto vigués. Atrás despejó dos balones e hizo un corte, además de dos faltas. En ese partido tuvo que hacer mucho desgaste para ayudar atrás debido al empuje del Eibar por los costados.
Ante el Valencia, en el estreno de Balaídos, Nolito lució mucho más en el trabajo de ataque. Dio 36 pases con una efectividad del 72,2 %, centró cuatro balones al área y dio tres pases clave. Uno de ellos a Aspas para el primer gol después de una jugada de autor. El andaluz cogió el balón en el lado izquierdo poco más allá de la línea divisoria, se metió en todo el carril central rodeado de cuatro contrarios sin que ninguno le saliese al paso y encontró el hueco preciso para entregar el balón al moañés, con quien mantiene una química especial desde su anterior etapa en el Celta.
En el segundo tiempo tuvo un mano a mano con Jaume que no acertó a resolver y una de sus roscas características tampoco cogió portería. Sería la guinda perfecta a una excelente actuación.
Pero el buen arranque con el Celta no es el único en la historia reciente de Nolito, que con el paso de los años parece coger la forma cada vez más rápido. El verano pasado lo tenía todo en contra para seguir en el Sevilla. Estaba en la puerta de salida cuando convenció a Julen Lopetegui con una buena pretemporada que le sirvió para ganarse la condición de titular en once de los 15 primeros partidos del campeonato.
En esa secuencia de tiempo, y con una lesión de por medio, el sanluqueño anotó dos goles (a Espanyol y Real Sociedad) y fue uno de los jugadores más desequilibrantes del cuadro hispalense. Luego, con el paso de las jornadas, fue perdiendo protagonismo y con el regreso del fútbol tras la pandemia decidió volver a Vigo.
Esta puesta a punto fulgurante contrasta con el proceso de adaptación que tuvo en su desembarco en el Celta en la campaña 13/14 de la mano de Luis Enrique. A Nolito le costó alcanzar el punto de forma en la primera vuelta (10 titularidades y tres goles en 19 partidos) y sin embargo en la segunda parte de la liga se convirtió en el jugador más letal de aquel equipo: marcó once goles con tres dobletes. Aquel curso terminó alcanzando su tope goleador en Primera: 14 dianas.
Esta temporada debe mantener el excelente tono del arranque para dar continuidad a su sociedad con Aspas. A día de hoy es el dueño del flanco izquierdo del ataque céltico.