El Celta cierra una semana para olvidar

Julio Álvarez- Buylla VIGO

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

03 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La desangelada y preocupante imagen ofrecida por el Celta el domingo, más allá de ser un accidente, transmite agotamiento y falta de rumbo. Ni siquiera los vigueses fueron capaces de mantener sobre el campo las pocas cosas positivas que funcionaban: seguridad defensiva y competitividad.

Después de lo visto este domingo, incluido el esperpento vivido durante la semana, es difícil sostener que sin tomar ninguna decisión, en cualquier dirección, la situación se vaya a reconducir solo dejando pasar el tiempo y trabajando en espera de un cambio de dinámica. Pero con toda la responsabilidad que pueda tener el entrenador en esta situación, cargarla toda sobre él sería volver a repetir errores del pasado, porque Óscar podrá ser parte del problema, pero no el problema.

La gestión del vestuario

En fútbol el hacer las cosas bien no siempre garantizan un resultado positivo, pero sí ayuda. Una plantilla está formada por un conjunto de individualidades con sus objetivos, caracteres, estados de ánimo… Pero al mismo tiempo es la unión de esas individualidades la que consigue el rendimiento que te hace competir en el mejor estado de ánimo grupal y que eso es el primer paso hacia la victoria.

Gestión de vestuario le llaman a ese equilibrio fino que tanto cuesta conseguir y que tan fácilmente se puede perder, más aún cuando los resultados no acompañan. Y es por eso por lo que dentro del trabajo del entrenador cobran tanta importancia los aspectos tácticos, técnicos o físicos como esa gestión del vestuario. Desde fuera resulta difícil valorar todo lo que ha sucedido en la última semana y si otra gestión de la situación hubiera sido posible. Lo cierto es que en una semana en la que se ha hablado más de conflicto que de unión, la imagen del domingo a pocos habrá extrañado. En rio revuelto, ganancia de pescadores.

El estilo

Óscar volvió a cambiar de sistema y jugadores con respecto al domingo. Además, esta vez incluso modificó la disposición de los jugadores tres veces en el mismo partido. En Balaídos pudimos ver dos maneras de entender el juego. Un equipo que mantiene su identidad independientemente de rival y escenario y otro equipo que modifica casi todo, semana a semana, en función del rival. A día de hoy es difícil descifrar qué es lo que busca el Celta cuando salta al campo. Ni son claras sus intenciones, ni su posicionamiento defensivo, ni cómo quiere recuperar el balón, ni por dónde quiere atacar ni cómo lo quiere hacer. Dicen que la continuidad refuerza y mejora rendimiento y resultados, algo que desde la llegada de Óscar no se ha producido ni en alineaciones ni en posicionamiento táctico.

Por dentro

Hasta este último partido, el punto fuerte del Celta en el que había basado su mejora había sido su nivel defensivo, sobre todo cimentado en el eje de la zaga en el que sobresalía Murillo, este año acompañado por Aidoo y por delante un bregador Tapia. El domingo el Celta por dentro fue inferior cometiendo errores y dando muestras de una fragilidad defensiva inédita hasta ahora. Ni hubo marcajes estrechos en las áreas, ni anticipación, ni ayudas, ni sobre todo hubo contundencia.

El centro del campo

En lo futbolístico Óscar perdió el partido en el centro del campo. Zubimendi se incrustó entre Aspas/Nolito y Beltrán/Tapia recibiendo casi siempre sin oposición. Por la derecha Silva y Guridi por la izquierda completaron un tridente que hizo correr al Celta detrás del balón y sin opción de robar y salir. Los vigueses erráticos, separados en defensa y blandos en el área se vieron impotentes para frenar que fue superior en todas sus líneas. En ataque al Celta inicialmente se le vió intención de evitar el juego directo, pero sin la movilidad de sus centrocampistas y sin confianza prácticamente la intención duró hasta que se cometieron las dos primeras pérdidas. Óscar intentó igualar fuerzas en medio campo con el cambio de sistema, pero ni siquiera así los vigueses cambiaron su imagen ante un buen equipo.