El astro argentino visito Vigo en dos ocasiones, una con el Barça y otra con el Sevilla, y recibió a los célticos en el Camp Nou
26 nov 2020 . Actualizado a las 05:00 h.En un total de tres ocasiones midió fuerzas con el Celta Diego Armando Maradona, fallecido este miércoles a los 60 años de edad. Dos de ellas fueron en su primera temporada en el Barcelona, la 1982/1983, y la última fue vistiendo la camiseta del Sevilla en un partido en el que el colegiado Díaz Vega le robó protagonismo al argentino con uno de los arbitrajes más polémicos que se recuerdan. Se acababan de cumplir 28 años de ese partido.
Pero diez años antes, también en noviembre pero de 1982, Celta y Barcelona se midieron en el Camp Nou en el mejor resultado de los vigueses contra Maradona, un 2-2. El Celta se había adelantado en dos ocasiones, por mediación de Atilano y José Carlos Suárez, y si primero había igualado Víctor Muñoz, el gol de la igualada final lo lograba el propio Maradona desde el punto de penalti a los72 minutos. Lattek y Pavic estaban en los banquillos.
La crónicas de la época destacan el gran trabajo del céltico Gelo para maniatar a Maradona en aquel partido. «Impecable, firme en el anticipo, correcto en la contención y con una soberbia limpieza», indicaba La Voz. Y así habían conseguido que el Barcelona se resintiera. «Gelo anuló los 90 minutos a Maradona sin propinarle una sola patada ni cometerle una sola falta», le alababan. En la previa, el céltico se había deshecho en elogios a Diego Armando: «Es un superclase, un jugador excepcional. Todo lo hace fácil y es una papeleta marcarle», decía admitiendo que solo lo había visto por la tele. Cumplió con nota.
Peor fueron las cosas en la vuelta, el 20 de marzo de 1983, con resultado de 0-4 en Balaídos para los blaugrana. Ya con Menotti en el banquillo, Maradona no vio puerta aquel día, pero asistió a dos de sus compañeros en el tercer y el cuarto gol del encuentro. «A partir del minuto 50, el fútbol se hizo presente en Balaídos y campó a sus anchas de la mano de Maradona, con un repertorio sencillo y práctico, pero delicioso para los espectadores», señalaba La Voz al día siguiente.
El duelo con el Sevilla
El 21 de noviembre de 1992, a su llegada al Hotel Ciudad de Vigo para enfrentarse al Celta al día siguiente, Maradona comentaba: «Al Celta de Vigo lo conozco bien y lo respeto mucho. Si pensamos que venimos a pasear, estamos muy equivocados. Tenemos que pensar que es uno de los grandes del fútbol español». Pero aquel día los tres puntos iban a volar a Sevilla (1-2).
La segunda visita de Maradona a Balaídos, diez años después y con sus problemas con las drogas siendo de dominio público, generó gran expectación. Sin embargo «el público se olvidó de que el astro argentino estaba en Balaídos cuando comenzaron las tarjetas y las expulsiones. Díaz Vega fue el único que consiguió robarle el protagonismo». Porque aquel día en que Gudelj abrió el marcador a los tres minutos, Maradona empató a los seis con un recordado golazo de falta y Bango hizo el 1-2 final a los 9, el Celta acabó con siete jugadores por las tarjetas rojas a Ratkovic, Juric, Engonga y Gudelj.
En aquel once celeste estaban dos de los futbolistas que en las últimas horas dedicaban emotivas palabras de despedida al argentino, Patxi Salinas y Santi Cañizares. Como compañero de equipo suyo por aquel entonces, el exentrenador del Celta Juan Carlos Unzué. Txetxu Rojo y Bilardo eran en ese momento los técnicos.