El entrenador del Celta Juvenil de División de Honor reflexiona sobre la falta de protagonismo de los canteranos que debutaron con Óscar con el primer equipo
28 ene 2021 . Actualizado a las 09:54 h.El entrenador del Celta Juvenil de División de Honor, Jorge Cuesta, habla con la misma claridad que de cualquier otra cuestión cuando se le pregunta por la situación de los jugadores con ficha del B o de su equipo que debutaron en Primera con Óscar y que ahora apenas tienen minutos ni con Coudet ni con Onésimo en el B. «No veo un drama como se está haciendo con ellos», se sincera sobre uno de los temas que más han dado que hablar en las últimas semanas.
Cuesta es consciente de que «para ellos tiene que ser una situación incómoda», pero incide en que se va a dar más veces a lo largo de sus carrera y es positivo que empiecen a convivir con esas realidades. «Que el entrenador que estaba cuenta contigo y viene otro que no tanto va a pasar. ¿Cuántas veces cambia de entrenador un jugador en su vida? En algún momento vas a dejar de jugar porque hay uno mejor», plantea el técnico vigués.
Teniendo continuidad siempre y avanzando en una línea ascendente siempre «sería todo demasiado fácil y el día que tuvieran un problema, no sabrían reaccionar». Comparte que sería mejor que pudieran jugar más, pero se queda con lo positivo «porque esto también es formación y en algún momento tiene que llegar; si no, no vas a saber enfrentarte a los problemas o a los malos momentos».
El entrenador comprende que jugadores como Gabri o Miguel -con los que cuenta para la Youth League- «puedan estar atravesando momentos de más dudas o incluso de estar tristes entrenando», pero opina que saldrán fortalecidos. «Salir de ahí te va a hacer crecer como jugador, por eso no veo un drama. Al que no dejó de jugar en juveniles, le pasó en cadetes o en el Celta B. Y cuanto antes veas que te puede pasar, con cosas que te llevas en la mochila».
Su reflexión a más allá: «Si juegan, se pierden cuatro partidos y dejan de jugar, se dice que es que no saben competir; pero cuando no juegan, el problema es que no juegan». Pide que «se le dé normalidad» y lo aplica «a la vida en general», no solo al fútbol. «Son cosas que pasan y, si no, la vida sería demasiado fácil para ellos y para todos. Si vienen mal dadas, hay que aceptarlo y aprender. Esto es como si suspendes y dices que el profesor te tiene manía. Pues no: estudia más, entrena más. No hay más».