Coudet elogia y considera un referente al entrenador del Atlético, que le tendió la mano cuando llegó a Vigo y a quien se enfrentará mañana por primera vez
07 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Diego Pablo Simeone es el espejo en el que se mira Eduardo Coudet. El Cholo llegó al Atlético mediada la temporada 11/12 con los colchoneros perdidos en la mitad de la tabla y casi una década después, el argentino ha construido un equipo campeón y de autor. El Chacho también llegó a Vigo casi mediada la temporada y con el Celta en caída libre (tras su primer partido fue colista) y, aunque su primer cometido es sacarlo de las rocas y llevarlo a un puerto de abrigo, no esconde su deseo de luchar por cuotas mayores en Balaídos.
Además de parecidos en el banquillo (los dos viven el fútbol con mucha intensidad) y en su credo balompédico, la trayectoria de ambos ofrece paralelismos. Centrocampistas en sus tiempos de corto, jugaron antes en sus respectivos equipos, aunque el céltico de un modo efímero, y los dos desembarcaron en Europa después de saborear el triunfo en su país como técnicos.
Simeone ganó dos ligas con Estudiantes y River Plate y Coudet hizo campeón al Racing. La única diferencia es que Diego Pablo se dio una vuelta por el Catania de la Serie A antes de su desembarco en el Atlético, aunque luego regresó a Argentina, y para Coudet esta es la primera experiencia en el fútbol del viejo continente.
«Siento admiración por él. Es un tipo que siempre he admirado. Es un ejemplo de cómo vive, cómo transmite, es de los mejores entrenadores del mundo. El otro día fue nombrado mejor entrenador de la década y coincido plenamente», comentó ayer Coudet de Simeone, al que le agradeció la llamada de teléfono que le hizo en el momento de tomar las riendas del Celta: «Es un tipo simple que conmigo ha tenido gestos sin ninguna obligación como el día que llegué comunicarse y poder charlar con él. Es un acto que lo hace más grande aún», comenta con sentimiento.
Los inicios
Coudet recordó que los inicios del Cholo en el Atlético fueron complicados, pero aquella temporada ya consiguió meter al cuadro rojiblanco en Europa después de remontar cinco puestos en la segunda vuelta y a partir de ahí inició un ciclo triunfal con una liga, un Copa del Rey, dos Europa League y tres Supercopas (dos continentales y una doméstica). «Todo lo que le está pasando pasa por una manera de sentir y de vivir con la cual coincido. No me olvido de cuando él llegó al Atlético en una situación difícil sin tener una posibilidad económica estable», indicó antes de precisar que a día de hoy, y gracias sobre todo a su compatriota «y hoy nos encontramos con un Atlético que puede comprar jugares de altísimo costo y competir con los top».
De momento, el entrenador del Celta está centrado en la tarea de la permanencia del modo más tranquilo posible, pero en un futuro no descarta subir otro peldaño la exigencia celeste. Para conseguirlo tiene un delante una temporada y media de contrato y a tenor de lo visto en el mercado invernal, carta blanca para moldear el equipo a su gusto. Igual que el Cholo en el Wanda.
