Su equipo, el Cádiz, recibe al Celta este domingo con el argentino disponible
15 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El excéltico Augusto Fernández, actualmente jugador del próximo rival de los vigueses, el Cádiz, habló ayer en rueda de prensa. El argentino se abrió sobre la mala temporada que viene pasando en lo deportivo por sus problemas físicos y, en lo personal, por la pérdida de su padre, que falleció el pasado octubre tras años enfermo.
Sobre el conjunto vigués, comentó que es «un club especial» para él. «El Celta es un club al que quiero mucho, al que aprecio muchísimo. Pasé años hermosos allí, en el club y en la ciudad», subrayó. Además, recordó que tiene dos hijas nacidas en Vigo. «En mi corazón siempre hay un pedacito del Celta, siempre», indicó.
Agradeció el apoyo incondicional que ha recibido por parte del club y de sus compañeros, reconociendo que se planteó la retirada. «Se me ha cruzado esa idea. Yo muscularmente no había sufrido en mi carrera. Me rompí los ligamentos en el Atlético en mi mejor momento y he padecido secuelas, pero muscularmente, no», en referencia a los problemas que sí ha tenido este curso.
Se encontró con que no lograba estabilizarse, pero finalmente optó por no tirar la toalla. «A partir de la tranquilidad que me brindaron en el club pude volver bien y, honestamente, hace un mes y medio que entreno todos los días y el que me ve sabe que lo doy todo y estoy a disposición», comentó respecto a su situación actual.
Reveló Augusto que en sus momentos más complicados trató de guardarse las cosas para él, algo que le pasó factura. «No suelo mostrarme emocionalmente y en un momento no estaba bien. Uno es jugador, pero también ser humano, y en esa parte fue un año difícil para mí con las molestias que arrastraba y luego con la situación de mi padre, que terminó con su fallecimiento», lamentó. Se ha dado cuenta de que «cuando uno no suelta las cosas y las guarda porque quiere transmitir buena energía, positivismo y no contagiar su debilidad, terminas estallando y es lo que me ha pasado», si bien cuando se abrió y necesitó el apoyo del club, lo encontró siempre.
Ser una solución y no una carga
Augusto ha tenido claro en todo momento que quería «ser una solución, no una carga» y elogia aun Cádiz que ha entendido por lo que estaba pasando. «El club entiende que somos seres humanos que jugamos al fútbol y me siento orgulloso. Solo tengo gratitud a ellos, al presidente, míster, cuerpo técnico, compañeros... No me canso de repetirlo», afirmó el futbolista. Porque cuando se quitó la coraza y expresó como se sentía, dijo, «supieron estar», algo que para él es «un triunfo».
En ese sentido, recordó que a lo largo de su carrera ha aprendido que «uno no manda sobre los resultados deportivos» y que pueden no acompañar por mucho que lo des todo, como siempre trata de hacer. «Lo que uno se lleva e los clubes es el respeto como profesional y como persona y siento que desde ese lado, aquí estoy triunfando», finalizó el centrocampista.