Ferreyra, reválida tras la máscara

x. r. c. VIGO

GRADA DE RÍO

rc celta

El argentino, que suma un único gol, será titular por segunda vez desde su llegada al Celta en una cita en donde debe asumir el rol de Santi Mina y liberar a Aspas

18 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Facundo Ferreyra (Lomas de Zamora, Argentina, 1991) llegó en enero pasado a Vigo asumiendo el rol de tercer delantero, pero convencido de que el Celta podría tener una segunda oportunidad tras unos años oscuros. Por el momento el delantero sigue en sus números tradicionales: un gol por equipo y temporada. El del Celta lo marcó en el minuto 89 de la visita al Metropolitano y sirvió para arrebatarle un punto al líder. Aquel partido ante el Atlético fue su debut y su tarjeta de presentación. Era el 8 de febrero y desde entonces el Chucky participó en ocho contiendas más, aunque en muchas de ellas de un modo testimonial. Los 207 minutos globales lo dicen todo.

Pero la única vez que faltó un delantero, Coudet le premió con la titularidad. Fue en Mestalla, en donde formó tándem con Santi Mina ante la ausencia de Iago Aspas. Aquella fue la única vez que coincidieron los dos nueves boya del Celta de inicio en el campo y el argentino duró 65 minutos.

Hoy, todo apunta a que será titular por segunda vez y lo hará con una máscara de protección tras romperse ante el Sevilla los huesos propios de la nariz. «Sí, queda un poco más feo, lo único -advirtió Coudet entre risas en su comparecencia de ayer-, pero no le impide jugar. Existe la posibilidad de que inicie». Toda una declaración de intenciones.

Su rol ante el Cádiz será diferente. Lo principal es que se pegue con los centrales rivales y libere a Iago Aspas para que el moañés pueda enlazar el juego de ataque de los célticos y aparecer en todo el frente de ataque. El segundo, a lo Santi Mina, que pueda recibir de espaldas, si el Celta tiene que optar en algún momento por la salida de balón en largo, algo improbable teniendo en cuenta el tradicional bloque bajo de Cervera, y el tercer aspecto es ayudar en el balón parado, tanto el defensivo como el ofensivo, en un equipo que no está nada sobrado de centímetros. El Cádiz es uno de los equipos que mejor explotan esta vía.

La contienda se presenta como toda una reválida para un jugador que hasta el momento ha aumentado el fondo de armario y le da una rotación más a Coudet, pero que está a años luz, en cuanto a rendimiento, de su paso por el Shakhtar Donetsk. En su segunda estancia en el conjunto ucraniano anotó 53 goles, alcanzando la treintena en la campaña 17/18, la que despertó el interés del Benfica. Pero en el sur de Europa las cosas no fueron igual de bien y no triunfó ni en Lisboa ni en Barcelona con la casaca del Espanyol.

El Celta, LaLiga y su conexión con Eduardo Coudet le abrieron el horizonte en el pasado mercado invernal, pero cualquier opción de futuro, de celeste o en otro equipo, pasa por un acelerón que debe comenzar en el Carranza. Allí debe ponerse la máscara de goleador.