Pinceladas celestes en las gradas del Bernabéu

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

Javi García, vigués y celtista residente en Moratalaz, animará al equipo en la visita al Real Madrid

12 sep 2021 . Actualizado a las 10:34 h.

Si en Balaídos se han visto en los primeros partidos de liga camisetas de los equipos rivales, en el Bernabéu también habrá color celeste. Uno de los aficionados del Celta que han logrado entrada para este partido es Javier García, vigués de 51 años residente en Madrid que decidió probar a comprar entrada en la web del club blanco y se encontró con que no había ninguna traba. A diferencia con las entradas para el municipal vigués, asequibles en teoría solo para socios, el Real Madrid no le ponía ese requisito.

Él fue el primer sorprendido. Probó sin muchas esperanzas y vio que podía avanzar en la operación sin problema alguno hasta hacerse con su entrada. «Entré en la web del Real Madrid y aluciné, porque me imaginaba que no podría comprarlas, ya que estarían reservadas a los socios y... ¡oh, sorpresa! La pude comprar sin problema», relata satisfecho y aún sin creerlo del todo pese a tenerla en su poder. «La verdad es que aún estoy sorprendido», expresa.

García vive en Moratalaz desde el 2017 y su idea inicial era ir a la sede de Morriña Celeste para seguir el partido. «Como mi novia y su hija se marcharon fuera unos días, me puse a trastear en la web, por curiosidad, y fui viendo que podía avanzar pasos sin más requisitos que estar registrado», relata. Y, por 67,5 euros, estará esta noche en el partido. No será su primera vez en un estadio donde ha visto las últimas y dolorosas derrotas, pero no solo. «También viví un 2-3 con la Peña Alvarito, así que espero no ser yo el gafe», señala.

Hace mucho tiempo que no tiene ocasión de ir a Balaídos -«estuve a punto de ir este año contra el Atlético de Madrid, pero el domingo regresaba de mis vacaciones en Vigo y, por el horario, no pudo ser»- y la última vez en directo fue en el Metropolitano en el 2019 al lado de su pareja, que es aficionada colchonera. Así, el hecho de llevar tanto tiempo sin vivir in situ un partido de su equipo hace que sea todavía más especial.

Javi cuenta que su afición por el Celta viene de muy atrás. En Vigo vivía al lado del campo federativo de Coia y el economato de Citroën. «Como no tenía pasta para ir a los partidos, veía una esquina de la grada de Río y allí me ponía con la radio y la ventana abierta», recuerda. Le encantaba «escuchar ese retardo entre el sonido de la radio y el público en directo. Esa imagen cuando la gente se levanta a la vez gritando «gooooooooooooooooool» ponía la carne de gallina». Y eso que, confiesa, no veía ni el gol «ni nada, solo una esquina de la grada».

Más adelante, trabajó como recepcionista del Hotel Carrís de Beiramar. «Viví muy de cerca uno de los ascensos, porque el hotel colaboraba con el club, hacían las concentraciones antes de los partidos y en el restaurante hicieron la fiesta del ascenso», señala. Presume de tener la camiseta con todas las firmas de la plantilla «gracias a Joan Tomás, que obligó a todos a pasar por recepción a firmar». Años después, la pasión celtista sigue y hoy, contra su propio pronóstico, toca volver a disfrutarla de cerca.