Las bajas de Brais y Mina no abren la puerta del primer equipo a jugadores del filial mientras Coudet llama para entrenarse a canteranos que no participan con Onésimo
05 nov 2021 . Actualizado a las 09:31 h.Cuatro canteranos han trabajado esta semana a las órdenes de Eduardo Coudet con la primera plantilla, en una semana en la que el técnico está condicionado por las bajas de Brais Méndez y Santi Mina. Paradójicamente, ninguno de los llamados ha tenido protagonismo con el filial. Lo más parecido serían los 2 minutos que Onésimo concedió al central Gael Alonso en Calahorra. Ni Fran López —máximo goleador de la categoría juvenil y que compite con el Celta C— ni los juveniles Hugo Sotelo y Hugo Álvarez han debutado esta temporada. Curiosamente, estos dos últimos ya lo han hecho con Coudet. Sotelo precisamente contra el Barcelona en el Camp Nou, en la penúltima jornada de la liga pasada, y Álvarez el pasado lunes en Getafe.
Coudet vuelve a tirar del juvenil —también participaron en las sesiones el meta del Celta B Gaizka Campos y el joven internacional sub-18 César Fernández, debido a las molestias que atraviesa Rubén Blanco— ante el candado que el club ha impuesto a los futbolistas del filial. Campos entrará previsiblemente en la lista. Tras hacer público Coudet el nuevo dictamen del club en la previa al encuentro contra el Sevilla, solo Carlos Domínguez y Fer Medrano han tenido participación con el primer equipo durante la baja del arousano Jose Fontán. Las ausencias de Brais Méndez y de Santi Mina frente al Barcelona el próximo sábado podían haberle abierto las puertas de la convocatoria a futbolistas como Iker Losada y Gabri Veiga, a buen nivel con el filial, pero el club sigue considerando que la prioridad para ellos es jugar a las órdenes de Onésimo hoy (19.00 horas) ante el Unionistas.
Iker Losada debutó de la mano de Escribá, con gol ante el Real Madrid, en agosto del 2019 y Gabri Veiga con Óscar García, frente al Valencia, en septiembre del 2020. El primero se convirtió en el primer goleador del Celta nacido en el siglo XXI. El segundo, en el futbolista número 500 que se enfundaba la elástica del primer equipo.
La situación, aunque pueda parecer anécdotica, no deja de resultar sorprendente en la trazabilidad de la base del club. Los futbolistas que se han consolidado en el filial ven bloqueada su opción de tener presencia en el primer equipo y aquellos con los que debería estar contando Onésimo para que vayan ganando progresivamente minutos en el filial trabajan con Coudet. Hay algo en el proceso de formación que chirría actualmente en este Celta.
Una anomalía en el proceso
«Hay un montón de cosas del filial que podríamos hablar, darle forma y mostrar la realidad. En algún momento yo les tengo que decir qué es lo que pasa», comentó Coudet en la misma comparecencia, a finales de agosto en la previa del partido ante Osasuna, en la que mantuvo que «el Celta B no es un equipo formador». El cambio de filosofía en el filial se inició ya hace tres temporadas. El club comenzó a priorizar los resultados deportivos sobre la propia formación. Una premisa que se reforzó tras el cambio de formato en la Segunda B. El presidente, Carlos Mouriño, lo reconocía abiertamente: «Lo consigamos o no, el ascenso es una prioridad para nosotros. Y tal vez por eso volvamos a cambiar un poco la filosofía del equipo que estábamos haciendo. Los filiales están pensados para la formación y se demuestra que les cuesta brillar en una categoría que es casi profesional, llena de jugadores muy curtidos», manifestó.
El cambio de filosofía es la que está detrás de la fuerte apuesta por Onésimo Sánchez, al que el club esperó durante semanas en verano a que se decidiera a firmar y al que renovó para dos temporadas. El pucelano se quejó el pasado fin de semana, tras la derrota ante el Logroñés, de la falta de efectivos en ataque tras la lesión que arrastra Lautaro. «A mí me gusta jugar con dos puntas y yo quiero cuatro pero te tienes que adaptar. No es lo mismo tener a un pivote y a un extremo de puntas que a dos puntas, puntas». Ni Fran López, ni Darío Germil han tenido opciones. En el encuentro ante el Racing de Santander, el técnico dejó incompleta la convocatoria. Se llevó solo a cuatro futbolistas de campo como suplentes —Pampín, Javi Gómez, Beitia y Miguel— a pesar de que el reglamento permite cinco cambios. Ni Gael, ni Hugo Sotelo, ni Fran López, ni Hugo Álvarez, los llamados esta semana a las órdenes de Coudet, fueron siquiera convocados entonces.
El «proceso» es un concepto al que recurren muchas veces los técnicos que trabajan en las categorías inferiores para reflejar los métodos, tiempos y pausas que requiere la formación individualizada de cada canterano. «Nuestra meta máxima es que se trabaje muy bien con los futbolistas de la casa para que estén preparados a la hora de llegar al primer equipo», reflexionó Carlos Hugo García Bayón, ante las cámaras del club, en su retorno al puesto de responsable de la base del Celta. «Mi labor será mejorar procesos», se explicó el leonés, uno de los artífices del buen rendimiento en la cantera celeste. Visto lo visto, algunos procesos en este Celta son, cuanto menos, sorprendentes.