Y Nolito cumplió el sueño de Andrea

M. V. F. VIGO

GRADA DE RÍO

CEDIDA

Una joven aficionada del Celta que padece fibromialgia consiguió la camiseta del gaditano en el partido frente al Barcelona

09 nov 2021 . Actualizado a las 10:59 h.

Andrea Lago, de 24 años, tenía un objetivo el pasado sábado en Balaídos: la camiseta de Nolito, alguien a quien admira como futbolista y como persona ya desde su primera temporada en el Celta, la 2013/2014. La joven, que padece fibromialgia desde hace un lustro -algo que el jugador desconoce-, explica que por ese motivo el detalle del extremo tiene aún más valor para ella: «Significa mucho a nivel personal para mí. Siempre he dicho que el que no arriesga no gana, hay que intentarlo siempre. Lucho contra la enfermedad y conseguir la camiseta ha sido también como el premio a tanto sufrimiento, dolor y malestar», señala.

Porque Andrea demuestra ser una luchadora. «Peleo por tener una vida normal. La fibromialgia me frenó en seco, pero siempre dije que no me iba a rendir e iba a intentar tener una vida normal», cuenta. Se esfuerza cada día por levantarse, estar lo mejor que pueda y superar la adversidad. «La camiseta significa que no te tienes que rendir nunca. Que por duras que se te pongan las cosas en la vida, se ve recompensado. Lo veo como un premio a todo lo que he tenido que pasar», profundiza.

La comparación viene porque para Andrea Nolito no es un jugador de fútbol más. «Lo admiro desde el primer día, le tengo un montón de cariño. Es un recuerdo impagable que no voy a olvidar nunca», expresa. Le dio mucha pena que el regreso del sanluqueño «a casa» fuera con el estadio vacío y, desde que se pudo volver, se propuso lograr su camiseta. De cara al partido frente al Barcelona, su madre le ayudó a preparar una pancarta y cuando la tuvo hecha, la compartió en redes sociales. «Sabía que era difícil, y más en un partido contra el Barcelona, con el campo lleno», cuenta.

La ayuda de sus amigos y conocidos fue clave. «No esperaba que se volcaran tanto. Al poco de subirla, Nolito le dio a «me gusta» a la publicación y mis amigos siguieron mencionándole. Para mí eso ya fue un gesto precioso», agradece. El sábado llegó pronto y desde su grada, Río Bajo, detrás de los banquillos, mostró la pancarta. «En el calentamiento lo llamamos, nos miró y nos saludó. Me debió de reconocer por la publicación», supone.

Durante todo el partido, Andrea se quedó en la misma posición, con la pancarta pegada en la valla para que su destinatario pudiera verla y sin dejar de animarle pese a cómo transcurría el partido. «Cuando todo se puso en contra, pensé que sería aún más complicado. Pero no desistí, seguí animando al equipo y a Nolito cada vez que pasaba cerca de la banda», relata. Al final del partido, cuando el equipo fue a celebrar a la grada de animación, ella también se desplazó a esa zona en la medida de lo posible. «Me acerqué lo máximo que pude, Nolito miró para mí y me hacía un gesto como de que me la daba fuera, pero había tanta gente, que se lo podía estar diciendo a cualquiera», dice.

Pero enseguida pudo comprobar que era para ella. «Al acabar la celebración, vino corriendo a junto de mí, se subió al altillo y me dijo que me la daba fuera, donde salen con los coches», recuerda. Ese momento fue grabado en vídeo por unas chicas que estaban detrás de ella y que conoció ese día. «Me ayudaron a llamarle durante el partido y les estoy muy agradecida. Cuando él se acerca, sabía que era un momento que iba a quedar en mi cabeza, pero no esperaba tenerlo en vídeo. A veces conoces a gente en Balaídos que merece mucho la pena», añade. Le pidieron el teléfono y contactaron con ella para hacérselo llegar y hacer que Andrea se sienta aún más satisfecha.

Tener la camiseta supone para esta celtista, insiste, «un sueño hecho realidad». «Fue un momento increíble. He visto que le pasa a mucha gente, pero nunca crees que te va a pasar a ti. No lo voy a olvidar nunca», recalca. La lista de agradecimientos es larga: a todos los que le ayudaron a dar visibilidad a la publicación en redes, a quienes en el estadio le echaron una mano también y grabaron el momento y, sobre todo, a Nolito.