El equipo vigués afronta la primera eliminatoria de Copa del Rey avisado tras el fiasco de Ibiza y con una formación cargada de jugadores que deben reivindicarse
30 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El Celta inicia esta noche (21 horas, Dazn) una nueva andadura en una Copa del Rey que le ha sido esquiva las dos últimas temporadas. Lo hace ante el CD Ebro maño en La Romareda, un campo que visitó por última vez en Primera División en el 2012, el año del regreso a la élite. Coudet apostará por un once diferente por completo al del pasado sábado en Mendizorrotza, pero solvente al 100 %. Para ellos, el torneo será un escaparate y una oportunidad, pero también una responsabilidad.
Porque el precedente el año pasado en Ibiza, entonces en la segunda eliminatoria, debe ser todo un aviso para hacer los deberes sin despistarse. En aquel entonces, un mal partido, un campo sintético y una colección de errores le echaron fuera, y para comenzar esta noche pisarán un césped de hierba natural y de grandes dimensiones, algo que en teoría beneficia al equipo con más calidad.
Este precedente y el anterior del Mirandés (en la tercera ronda de la Copa 19/20) recomiendan al Celta no mirar la Copa a largo plazo, sino a ir derribando barreras a la espera de que una cómoda situación liguera le permita ilusionarse con el torneo siempre que vaya haciendo los deberes en estas primeras rondas. Los dos equipos no están nada sobrados en sus ligas, de hecho, los maños tienen los mismos puntos que la zona de descenso en su grupo de Segunda RFEF.
El partido le servirá a Coudet para hacer pruebas y examinar a sus jugadores. Es probable que le de continuidad a la idea del doble pivote con Okay y Tapia, lo que ajustaría el ataque del equipo dejando a Thiago Galhardo como único punta. La contienda también será una reválida para Cervi y Solari en las bandas y un banco de pruebas para Hugo Mallo después de la lesión. En teoría, Carlos Domínguez será el único jugador con ficha del filial que formará parte del once inicial.
Para el Ebro, medirse a un Primera no será nada nuevo. Los zaragozanos ya lo hicieron en dos ocasiones y quedaron eliminados, pero ahora confían en obrar el milagro aunque Raúl Jardiel, su entrenador, no podrá contar con Carbonell, Valdés y Alonso y tiene otras tantas dudas, una de ellas el exCelta B Eder Díez. Con un 5-2-3 como sistema táctico, el conjunto vigués debe asumir que tendrá que superar una defensa poblada, algo nada nuevo teniendo en cuenta lo que sucede en la competición liguera.