La afición volvió a ser una parte clave en la web en los últimos doce meses
31 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.A lo largo del 2021, como en los años anteriores, el celtismo volvió a ocupar un papel fundamental en Grada de Río. Estas son algunas de las que se publicaron a lo largo de los últimos doce meses:
- Sin mucho dinero, pero rica en amigos y celtismo. Tamara González se hacía viral en Twitter el pasado septiembre al contar cómo sus amigos y su novio le pagaron el abono del Celta «para que no dejara de ir a Balaídos tras toda una vida».
- «Temía morir sin ver al Celta, me han dado la alegría de mi vida». Ramón, el aficionado que presenció por primera vez un partido de los vigueses en Andorra gracias a su nieto, decía no haberlo asimilado casi dos días después; el club le permitió vivirlo de una manera única.
- Celtismo en Kosovo tras pasearlo por Irlanda, Suiza, México y Noruega. Carlos García, vigués de 29 años, lleva tiempo viviendo fuera, desde que se marchó a disfrutar de una beca Erasmus, y presumiendo de celtismo allá donde va. Desde agosto del 2020, en Kosovo.
- Ramón, o dono da perruquería onde ondea a bandeira do Celta. Alonso, celtista de berce de case 70 anos, ten «arranxado a adestradores, presidentes e xogadores» no seu establecemento de Castrelos.
- Así llegó la camiseta del Celta al actor de «Gomorra» Salvatore Esposito. Un amigo vigués del actor, Fer Soneira, que conoce a su novia desde hace años, le organizó un viaje a Vigo y le regaló la elástica del equipo celeste.
- El saque de honor de Álex en Balaídos y su encuentro con Aspas. Dani Clemente, Celtista en Nueva York, anunciaba el pasado verano que él y su hijo Álex, que ha superado una leucemia, estarían en el primer partido de Liga. Surgió una corriente en Twitter pidiendo su saque de honor y, además de hacerlo el día anterior con el estadio vacío, el club hizo que pudera conocer a Apas. "Flipó", contaba su padre.
- Bea Álvarez, una animadora incombustible en Balaídos. Las cámaras de El Día Después se fijaron en el Celta-Sevilla en Beatriz Álvarez, aficionada guardesa que lleva más de 20 años apoyando al equipo, antes en Preferencia y ahora Tribuna Baja. Para los fieles de Balaídos, como para los jugadores de las últimas décadas, es alguien muy familiar.
- La camiseta celeste que tardó diez meses en llegar a Argentina. Emiliano Penelas es argentino, de ascendencia gallega, y aficionado del Celta. Compartía su historia de celtismo y también la anécdota que hizo que tuviera que esperar durante meses para tener su camiseta del equipo vigués.
- La representación de la identidad gallega por parte del Celta, a análisis en Dinamarca. Una estudiante pontevedresa en Aarhus analizó las campañas de márketing del club vigués en su trabajo de fin de máster de Estudios Europeos y explicó cómo se le ocurrió y cómo fue el proceso.
- «Cuando Víctor vio a Denis, casi no era capaz de articular palabra». Un pequeño celtista mallorquín se llevó de recuerdo del partido entre Celta y Mallorca en Son Moix la camiseta del salcedense; «estos gestos hacen celtismo», subrayaba el padre.
- Unha historia de «amor e sacrificio» polo Celta. Javier Rodríguez é un dos afeccionaos que fixeron quilómetros e perderon horas de sono para gozar en directo en Balaídos da vitoria fronte ao Granada, a primeira das dúas que leva conquistado o equipo como local no que vai de tempada.
- Una historia de celtismo y solidaridad en Burundi. El ourensano Manuel Pereira lleva 20 años en África sin perder el sentimiento celtista y centrado en ayudar a los niños de la calle de su barrio de Bujumbura. Pide el apoyo del celtismo para continuar con el trabajo que allí realiza.
- Diez sufridores celtistas en Ibiza. Los hermanos gallegos Alejandro, Manuel y Nicolás Fernández Otero, afincados en Ibiza, pudieron vivir allí el primer partido del Celta al que podían acudir espectadores en diez meses. El resultado no fue digno de celebrar, pero se quedaban con el gran ambiente que se vivió.
- El celtismo que sobrevive en Israel gracias a Revivo. Effi Gorodetzer administra una página de celtistas israelíes, la mayoría de los cuales se aficionaron a raíz del paso de su compatriota Haím Revivo por el Celta.
- Descubriendo al Celta a 9.000 kilómetros en los 70. Eduardo Gallo, hijo de gallegos, se las ingeniaba en su infancia para «investigar» sobre el que sigue siendo su equipo.
- El sueño hecho realidad de la peña celtista de Alemania. Ricardo Millán, Javier Pasarín y Héctor Gómez presumen desde hace quince días de agrupación celtista oficial, nacida de un grupo que surgió en Twitter.
- 20 años y 20 carnés de socio del Celta; el primero en la incubadora. Daniel Baz Álvarez nació el 29 de diciembre del 2001, presume de abonado desde ese día y nunca ha perdido la pasión celeste.
- El estreno en Balaídos del arriacense que entró en un bar siendo madridista y salió celtista. Sergio Gil, de 29 años, decidió ser celtista cuando tenía 5 y hasta el viernes nunca había visto al equipo como local.
- Abonado del Celta por primera vez a 600 kilómetros y en la campaña más polémica. El presidente de la peña Burgalegos, Jorge Peña, gestioanaba su primer carné de socio en la temporada 2020/2021 aprovechando la campaña de los 50 euros. La distancia había hecho que nunca antes fuera abonado del club.
- Y Nolito cumplió el sueño de Andrea. Una joven aficionada del Celta que padece fibromialgia consiguió la camiseta del gaditano en el partido frente al Barcelona.
- Cordobesista por herencia, celtista por elección. Hugo Fernández, cordobés de nueve años, se hizo aficionado del Celta a los seis. «Un día, de entre los jugadores que vestían ese color de camiseta, se cruzó en su camino el gran Iago Aspas, y eso fue el punto de inflexión para que se hiciera seguidor del Celta», cuenta su padre.
- Una boda celtista al estilo Burgalegos. El Celta estuvo muy presente en el enlace de los peñistas Rubén y Esther.
- El asturiano que eligió ser del Celta. Un gol de Nolito en el 2015 desató la pasión por el Celta de Diego González, celtista ovetense de 18 años sin ningún vínculo con Galicia y miembro de la peña Brenga Celeste.
- Un flechazo celeste en Cataluña. Adriá Serrat, sin más vínculos con Galicia que los que él mismo ha ido creando, es celtista 100 % desde los seis años y forma parte de la peña Esmorga Zeleste.
- El sueño cumplido por Aspas de Ros. Una aficionada consiguió que el moañés le regalara una camiseta tras múltiples intentos fallidos. «Desde siempre fue mi mayor ídolo desde muy pequeña, yo me hacía camisetas a rotulador con el nombre de Iago Aspas porque nadie podía comprármelas», recordaba.
- Celtistas incondicionais con todo en contra desde Ribeira e Catoira. As peñas Alvelo e Sergio Álvarez pagan o seu autobús a Balaídos sen axuda do Celta e non faltaron este xoves malia a distancia, o custo e ser día laborable.
- El sueño de ver al Celta en Zaragoza de un maño celtista de 14 años. Nico Arguedas estuvo apoyando al equipo vigués frente al Ebro rodeado de afición local. Es otro de esos celtistas por propia elección y contra pronóstico.
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