«Era cuestión de tempo e confianza»

x. r. c. VIGO

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Miguel Rodríguez y Gabri Veiga, las dos joyas de la cantera, se convierten en fundamentales en el filial confirmando todas las expectativas creadas

25 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Miguel Rodríguez y Gabri Veiga comienzan a aporrear la puerta del primer equipo. Los dos se han convertido en piezas básicas del Celta B, pero no solo porque marcasen a pares en Matapiñonera, sino por el crecimiento que han experimentado en los últimos tiempos en la Primera RFEF. El porriñés ya trabaja habitualmente con el primer equipo e incluso tuvo minutos con Coudet, algo que no sucede este curso con el redondelano. Los dos habían debutado la temporada pasada en Primera con Óscar García en el banquillo. «Era cuestión de tempo e confianza», resume Milucho Alonso Costas, uno de los grandes buscadores de talentos en el fútbol gallego, sobre la explosión de las dos grandes joyas de la cantera celeste.

Especialmente significativo es el paso adelante de Miguel Rodríguez, que suma tres goles en los dos últimos partidos, además de provocar un penalti y enviar un balón al palo. Lo esperado de un jugador al que se le caían los goles de los bolsillos desde que era infantil. «Os que andamos polo fútbol babe sabiamos que era cuestión de tempo, confianza e minutos», apunta Milucho, que lo considera uno de los mejores delanteros de la Primera RFEF. «Estamos falando dun xogador que aínda é xuvenil. É atrevido e moi descarado, faltáballe ese punto de confianza necesario para saber que se fallas nunha situación, non sexas carne de banquillo. Miguel gañou ese punto e agora penso que é imprescindible para o equipo», una idea que comparte Moncho Carnero, que también lo ha seguido desde pequeño. «Agora mesmo é un xogador moi importante para o filial. Leva varios partidos rendendo ao nivel que todos esperabamos del».

La irrupción de Gabri Veiga no ha sido tan abrupta. Hace tiempo que el media punta venía ganando peso en la generación de juego del Celta B e incluso había aportado algún tanto. El sábado, volvió a sacar su catálogo para dar otro portazo en la guarida del primer equipo. «É un xogador ao que se lle cae a calidade por todos os lados e tamén necesitaba continuidade e confianza. Gabri ten unha personalidade enorme, atrévese, ten descaro e inventiva nos últimos metros», comenta Milucho, que piensa que sus errores deben ser encuadrados en la libreta del aprendizaje y no en el debe de las penalizaciones. «Hai que valorarlle ese atrevemento que ten», precisa.

Relación con el primer equipo

Los dos entrenaban la pasada temporada con el primer equipo y cuando bajaban no formaban parte del once del filial. «Iso para min era inconcibible, porque se o club considera que son os mellores, teñen que xogar cando baixan», indica Moncho Carnero. Esa situación ha cambiado en la actualidad.

En el caso del delantero, porque esta temporada no ha subido a trabajar con el primer equipo, y en el del Gabri, porque sí tiene presencia en el día a día del plantel de Coudet, algo que también reivindican para Miguel Rodríguez. «Sería un premio para el, un xeito de recompensar os bos partidos que está facendo», indica Carnero. Milucho le ve un componente más de cara al futuro: «Tiña que estar a cabalo dos dous equipos porque ten calidade, físico e forza suficientes para pelexar con calquera e o adestramento na categoría súper profesional para os rapaces é importantísimo. A mellora é moi grande, sobre todo en ritmo e intensidade e cando chegan, iso custa moito collelo e se Miguel xa o ten ós 18 anos, sería unha vantaxe moi grande».