Diego Pampín se despide del Celta: «He sido muy feliz y quería hacéroslo saber»

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

El capitán del filial confirma su marcha, que ya se daba por hecha desde hace meses

01 jul 2022 . Actualizado a las 17:24 h.

Diego Pampín pone fin a una etapa de ocho años como jugador de la base del Celta. El que en las últimas temporadas ha sido el capitán del Celta B ha querido publicar una carta de despedida una vez que ha terminado su vínculo con el club ayer, 30 de junio, aunque hace tiempo que se sabía que no continuaría y que el último partido de la temporada 2021/2022 era su despedida de la entidad donde, como él recuerda, ha pasado «casi un tercio» de su vida.

El lateral de Oleiros comienza diciendo que «es difícil decir adiós» a una etapa tan larga de su vida. Manifiesta su agradecimiento «al club por la oportunidad», por confiar en él y hacerle sentir como en casa. También la hinchada celeste «por sus palabras de apoyo y reconocimiento, sobre todo este último año». Porque a lo largo de esta temporada, desde que se supo que se iba, la afición mostró mayoritariamente su deseo de que no fuera así.

Se marcha del Celta «orgulloso de futbolista y de la persona» en la que se ha convertido, que mucha de la gente que ha conocido en este período le ha ayudado a ser, recalca. «Solo tengo palabras de agradecimiento a aquellos que me dedicaron tiempo, que desinteresadamente hicieron el proceso más sencillo», agradece. Se acuerda, además, de aquellos a los que va a considerar «amigos para siempre» o que, al menos, añade, tiene la certeza de que nunca va a olvidar.

Pampín se detiene también en el personal del club, en aquellos que cree que no tienen el reconocimiento que merecen. Les agradece «cada detalle, cada segundo de trabajo extra» que les ha dado. Y repasa situaciones como «algún que otro hueso roto, rehabilitaciones, charlas, entrenamientos...». Destaca que «lo más duro es dejar a las personas» y espera haber hecho sentir a la que para él fueron importantes como ellas le hicieron sentir a él.

El canterano se marcha «con la cabeza alta y muy tranquilo», sabiendo que intentó hacer de la mejor manera posible todo lo que dependía de él: «Así me educaron y así lo haré en cualquier etapa de mi vida». «He sido muy feliz y quería hacéroslo saber. Esta pequeña carta es para todos, para quienes puedan sentirse identificados, pero también, solo para unos pocos».