El canterano es una de las novedades en la pretemporada del equipo de Coudet
05 jul 2022 . Actualizado a las 05:05 h.Miguel Rodríguez ya sabe lo que es jugar en Primera División, algo que hizo con solo 17 años. El joven atacante se pone a las órdenes de Coudet con más fuerza física y madurez que en el 2020, cuando debutó en El Sadar. Un trampolín hacia la selección española sub-19, con la que disputó un total de 110 minutos en tres amistosos durante la temporada pasada.
Su progresión se vio en peligro cuando, tras jugar su primer partido en La Liga, volvió a los juveniles. Una época de la que supo recomponerse y volver a ser aquel niño al que «se le caían los goles del bolsillo».
La mejoría física del de Redondela ha sido más que notoria durante la temporada del Celta B en Primera RFEF. Rodríguez ha demostrado ser un jugador atrevido, con gol. Un total de 11 goles en 32 partidos lo colocan como uno de los grandes deseados por los demás conjuntos. El atacante finaliza su vinculación al club celeste el próximo 2023, y para Luís Campos, su renovación es prioritaria.
Este salto cualitativo tampoco ha pasado desapercibido entre aquellos expertos en encontrar jóvenes talentos, como es el caso de Milucho Alonso Costas. «Miguel es más asociativo que en 2020, antes abusaba del individualismo y buscaba terminar él siempre las jugadas», destaca.
Su puesto en el primer equipo no está garantizado, por lo que ganarse la confianza del técnico será su gran objetivo, ya que Coudet es un técnico poco proclive a tirar de los canteranos de entrada. Tal y como comenta Milucho Alonso, «tiene capacidad y predisposición, solo le falta la oportunidad». Cierto es que el Celta necesita reforzar las posiciones de ataque, pero a su vez, Coudet quiere un perfil de jugador que no se encierre en el área, sino que también sirva de apoyo en las líneas defensivas. En ese aspecto, Rodríguez puede «aportar mucha frescura y ayudar en defensa», como afirma Milucho.
Durante la temporada, dejó ver su gran definición jugando a pierna cambiada, además, es un jugador que tiene una entrada desde la banda muy peligrosa. A pesar de no ser un 9 «al uso», busca asistencias y encara el balón directo a portería. Esto es algo que puede chocar con las necesidades de Iago Aspas, quien necesita un perfil más similar a Brais Méndez o Denis, a los que puede leer las jugadas sin mirarles. A estos estándares se aproxima más Gabri Veiga, otro de los canteranos que se ha concentrado con el primer equipo, y a quien el club ya ha renovado hasta 2026.
Madurez y constancia
«En el 2020 era un jugador menos maduro, no tenía la misma fuerza ni aguantaba el ritmo de la misma manera. Puede que no fuese su mejor época, pero el salto de calidad es más que evidente», destaca Milucho.
Sin duda, la mejoría física que ha experimentado en el último año puede ser su gran aliada para entrar a formar parte del grupo de jugadores que se mantienen «a caballo»” entre el filial y el equipo principal. A falta de que se cierre el mercado de fichajes, y sin demasiados nombres sobre la mesa de Mouriño, Miguel Rodríguez apunta a ser una de las mejores opciones en ataque.