Jordan Hoslgrove: «Me marché del Celta sin haber entendido lo que pasó conmigo»

GRADA DE RÍO

Cedida

Tras dos años intensos en Vigo, el escocés busca en Portugal dar un salto en su carrera

10 jul 2022 . Actualizado a las 07:49 h.

En el Paços de Ferreira de la primera portuguesa, con el que firmó por tres temporadas, Jordan William Holsgrove (Edimburgo, 1999) busca dar otro impulso a su trayectoria. Atrás quedan dos años en el Celta con el que llegó a estrenarse en Primera División.

—¿Por qué vino a Vigo?

—La oferta era muy buena. Onésimo habló conmigo para explicarme cómo quería jugar. Me dijo que era un club que apuesta por la cantera. Cuando escuché todo eso, supe que si lo hacía bien podría llegar al primer equipo. No tenía nada más que pensar.

—No tardó en lograr ese ascenso, apenas unos meses.

—En noviembre entrené una semana con ellos y luego volví con el filial. En enero, antes del partido de Copa con el Ibiza, hicimos una sesión de once contra once y después de ese entrenamiento me llamó Felipe Miñambres para decirme que iba a ir convocado. Fue una alegría enorme.

—Jugó diez minutos y cuatro días después se estrenó en la Liga contra el Villarreal.

—Acabó la primera parte y me llamaron para que calentara con más intensidad. Ahí supe que iba a entrar. Se me pasó por la cabeza todo lo que había hecho en mi carrera. Fue todo un poco extraño por la pandemia. Soñaba con hacer mi debut en un campo con 20.000 personas y no hubo nadie. Al final, creo que eso me ayudó porque no estaba tan nervioso.

—Ese domingo compitió también con el filial, pero ya estaba en dinámica de primer equipo. ¿Qué le decía Eduardo Coudet?

—Hablé con él para entender mejor lo que quería de mí. Quería saber su idea de juego. Me explicó cómo podía mejorar defensivamente para ser más agresivo e intenté aplicarlo en cada entrenamiento para demostrarle que era capaz. Sentía que ya había dado el paso, que poco a poco me estaba asentando en Primera División.

—Fue convocado doce partidos y tuvo minutos en cinco. El último, contra el Getafe. No sé si se imaginaba lo que pasaría luego.

—El sábado siguiente jugábamos contra el Barcelona y el filial tenía el play off el domingo. El viernes me desperté a las once, porque entrenábamos por la tarde, y vi una llamada perdida de Ángel (Medina, el segundo de Miñambres). Se la devolví y me dijo que estaban hablando con Coudet para intentar convencerlo de que me dejara ir con el Celta B. El equipo ya se había marchado a primera hora en autobús hacia Badajoz. Ángel me pidió que preparara las cosas y me quedara a la espera. Una hora después, volvió a llamarme para decirme que estaba todo arreglado. Me recogió en su coche en mi piso y me llevó al restaurante de A Gudiña donde estaba comiendo la plantilla.

—Se dijo que fue petición suya.

—No, no. Yo hice lo que me pidieron que hiciera. Estaba pensando en jugar contra el Barça. Había tenido minutos en los partidos anteriores y tenía muchas ganas de ese partido. Te lo puedes imaginar. Me dijeron que para el club era más importante que estuviera en la fase de ascenso y soy un profesional, así que me centré en eliminar al Bilbao Athletic. Teníamos bajas que nos obligaron a jugar de una manera diferente. Fue muy triste cómo acabó todo, con la temporada que habíamos hecho, pero así es el fútbol.

—¿Pensó que arrancaría la pretemporada con el primer equipo?

—Sí, tenía esa idea. Que volvería con ellos. Estaba en Londres, tenía covid, y tuve que retrasar mi regreso. Me llegó la información de que debía incorporarme con el filial. Yo no pregunté nada. Nunca pensé que esa puerta se había cerrado. Yo creía que si daba lo mejor de mí, jugaba bien y era una buena persona, igual ese momento volvería. Pero no volvió.

—¿Volvió a hablar con Coudet?

—No, nunca más.

—¿Comprendió lo que sucedió?

—No, me fui del Celta sin haber entendido lo que pasó conmigo. A día de hoy, no lo sé. Pero yo no quiero hacerle daño al club. Le estoy muy agradecido.

—Tuvo una opción para jugar en el Oviedo, en Segunda.

—Pude irme cedido, sí. Hablé con el club y, en principio, pensé que me iba a dejar ir. Pero cambiaron su decisión y no pasó. Me dijeron que lo mejor era que siguiera en el filial, en Segunda B.

—¿Lo entendió?

—No, tampoco. Todos queremos jugar al nivel más alto. Pero me quedé e intenté dar lo máximo. La temporada no acabó bien pero me llevo un recuerdo increíble. De los compañeros, del cuerpo técnico. He crecido mucho allí, en mi juego y como persona. Aprendí el idioma. Al final cumplí un sueño, que fue debutar en la Liga y marqué un gol en la Copa del Rey. ¡Un golazo!, ¿eh?. Eso me lo llevo conmigo para toda la vida.

—El Celta tenía opción para renovarlo por tres temporadas.

—Con el primer equipo, sí. Pero no la ejerció.

«De pequeño me daban un balón y ni lo tocaba»

De familia inglesa, el abuelo de Jordan Holsgrove, John, su padre, Paul, y dos de sus tíos fueron futbolistas. Ahora, cuando se juntan, juegan al fútbol tenis.

—Es escocés por casualidad.

—Nací en Edimburgo porque mi padre estaba jugando allí —en el Hibernian, al norte de la capital— pero a los seis meses nos fuimos a Inglaterra. Soy más inglés que escocés, aunque hay una parte de escocés en mí. De hecho, jugué con su selección. Mi hermano mayor tiene otro padre, y es escocés. Voy a verlo un par de veces al año. Mantengo el vínculo.

—Con tanto futbolista en la familia, tendría presión para intentarlo.

—Mi padre siempre cuenta que de pequeño no me gustaba. Me daba un balón y ni lo tocaba. Cuando cumplí siete años, sentí las ganas de jugar. Me vio un técnico del Reading —en el que también jugó Paul— y allí empecé como delantero. Luego me probaron de lateral izquierdo. Cuando cumplí doce o trece años, el entrenador que tenía me cambió de posición. Me dijo que era muy listo, que tenía cualidades para ser mediocentro. Es el puesto que más he disfrutado y ya no he vuelto a cambiar.

—¿Qué destaca de su juego y en qué cree que debe mejorar?

—Lo que más me gusta de mí son los pases. Desde pequeño me fijaba en Xavi e Iniesta. Creo que mi virtud está en cómo veo y controlo el partido. Tengo que mejorar los saltos de cabeza. Si me has visto, sabes que no soy el mejor en eso.

—Se fue de casa para ser profesional y ahora apuesta por Portugal.

—Una cosa es jugar en el campo y otra vivir fuera. No es tan fácil alejarte tanto de la familia y los amigos. Me acostumbré a eso, a vivir con el fútbol. Fue la decisión que tomé, poner mi carrera por encima de todo lo demás. Vine al Paços, al igual que me decidiera por el Celta, porque me llamó el entrenador y me explicó su estilo de juego. Me parece una oportunidad para mostrarme, seguir creciendo, para jugar contra equipos de Champions y competir contra algunos de los mejores del mundo.