Cerrar los partidos, un imposible

X.R.C. VIGO

GRADA DE RÍO

GERARD FRANCO - LOF

Desde el partido con el Betis, y salvo ante el Gernika, el Celta encadena seis duelos en donde acabó perdiendo su ventaja o el empate por su inconsistencia

05 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando se repite de un modo tan continuado, no puede ser casualidad. Desde que el Celta se agarró al último triunfo en la liga el pasado 2 de octubre ante el Betis, solo fue capaz de defender el resultado ante el Gernika en la anterior eliminatoria copera. Salvo esa excepción, los celestes acumulan seis partidos cediendo su ventaja, ya sea con remontada del rival, cediendo puntos en forma de empate o perdiendo las tablas que había conquistado. Un problema más que añadir a la falta de gol y a la imposibilidad de las remontadas, un hándicap que solo se rompió ante el modesto Algar en la primera ronda de la ya finiquitada Copa.

Frente al Espanyol, el Celta ofreció la última muestra, por el momento, de su inconsistencia para cerrar los partidos. Gonçalo Paciência adelantó a los vigueses, pero esa ventaja duró 38 minutos y, arbitraje al margen, fue el Espanyol el que más empeño puso en llevarse la eliminatoria. Disparó en seis ocasiones entre los tres palos, marcó tres goles y dio más sensación de peligro que un Celta que, pese a dominar la posesión, solo disparó en dos ocasiones a la portería rival.

La otra remontada de los tiempos recientes fue en Almería en el último partido de Eduardo Coudet. Gabri Veiga adelantó a los vigueses, pero 22 minutos después, empató el cuadro local, que terminó llevándose el triunfo: 3-1. En descargo del conjunto céltico, hay que tener en cuenta que jugó una hora con un futbolista menos por la expulsión del porriñés. En cuanto a los empates, el viernes pasado, ante el Sevilla, de nuevo el jugador con ficha del B adelantó a los suyos, pero el conjunto hispalense metió una marcha más en la segunda mitad y firmó el empate por la vía rápida (21 minutos duró la ventaja local).

Los tres partidos restantes tuvieron idéntico guion. El rival se adelantó en el marcador, el Celta fue capaz de empatar para rescatar un punto, pero cedió ese equilibrio por la vía rápida. Sucedió en casa como motivo de la visita de la Real Sociedad, que abrió la lata con un gol de Illaramendi, empató Aspas antes del descanso, pero en un cuarto de hora, los txuri urdin volvieron a cobrar ventaja en un córner rematado por Zubeldia.

La historia se repitió en Valladolid, en donde Óscar Rodríguez neutralizó el 1-0 antes del descanso, pero 19 minutos después, volvió a adelantarse el cuadro pucelano para terminar goleando: 4-1. Sucedió también en el estreno de Carlos Carvalhal ante el Osasuna en Balaídos, cuando Aspas equilibró el tanto inicial del Chimy Ávila, pero nueve minutos después volvió a marcar el argentino para sentenciar el choque.

Esta situación sucedió con dos entrenadores diferentes y sacando a relucir el problema defensivo del Celta, que en liga lleva 27 tantos en contra (con una media de 1,8 por partido) y que ante el Espanyol encajó tres. Solo mantuvo la portería a cero en los tres últimos meses en Vallecas con el Rayo y ante el Gernika en Urbieta. Carvalhal comentó antes del partido de Cornellá que apreciaba más seguridad en el balón parado, pero los pericos empataron por esa vía tras una maniobra de despiste y Osasuna, Valladolid, Real Sociedad y Sevilla también hicieron daño de esa forma. El Elche, mañana, será una nueva prueba de fuego para medir la presunta mejoría defensiva del Celta, que tiene un grave problema de inconsistencia.