«Los celtistas nacemos donde queremos»

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

CEDIDA

Raúl Rodríguez y su familia viven en Puertollano, son miembros de la peña andaluza Almas Celestes del Sur y no faltarán hoy a la cita del Villamarín

04 feb 2023 . Actualizado a las 16:54 h.

Raúl Rodríguez no es un celtista al uso. Vive el Puertollano, es peñista de Almas Celestes del Sur -la peña andaluza- y hoy estará con su familia, a la que ha transmitido el celtismo, en el Benito Villamarín. «Soy del Celta porque tengo tíos y primos en Vigo. Empecé a ver partidos de pretemporada los veranos que iba de vacaciones, el padre de Cañizares era mi maestro de judo y hablábamos mucho de fútbol», recuerda.

Recuerda haber sentido esa simpatía desde que tiene uso de razón, pero el momento en que se enamoró «definitivamente» lo sitúa en torno a los 14 o 15 años. «De pequeño era del Madrid, qué cosas, ahora no puedo ni verlo», señala. Además, su mujer, Teresa, viene de familia culé, pero cada vez es más celtista. «Antes, porque veía la ilusión que le hacía a su novio y ahora, la que le hace a su hijo y, sobre todo, lo que sufre».

El primogénito de Raúl, Brais, de diez años, es digno heredero de su padre en lo que al celtismo se refiere. «Está enganchadísimo, pero lo pasa fatal cuando el Celta coquetea tanto con el descenso... No es fácil ser del Celta en una clase en la que todos son madridistas menos uno del Atlético», analiza. Sin embargo, ya no hay vuelta atrás en su caso: «Está enamorado hasta las trancas, así que solo le queda sufrir mucho y disfrutar cuando puede». También se ha sumado la pequeña de la casa, Fiore, de siete años: «No le queda otra. Pero tanto ella como su madre, el que realmente les apasiona es Iago Aspas», añade.

Almas Celestes del Sur, la peña andaluza con sede en Hornachuelos, es la que más cerca les queda y, aunque sabían de ella desde hace más tiempo, se sumaron la temporada pasada. «Ya tiene mérito encontrar tanto celtista entre la Mancha y Andalucía. Los celtistas somos así, nacemos donde queremos», bromea. A ellos casi cualquier partido les pilla lejos de Puertollano, así que suelen aprovechar para hacer turismo. «Los últimos desplazamientos familiares fueron Leganés, Granada y ahora Sevilla. Es una ciudad de tantos recuerdos... Donde viví la gran final de la Copa del Rey de 2001, una pena... A ver sí esta vez tiene un final distinto», dice recordando que será un partido difícil.

Tiene la esperanza de que los apuros clasificatorios no marquen esta segunda vuelta y «así poder disfrutar de un gran centenario». En el horizonte, el deseo de que llegue el primer título. «Se nos resiste desde hace casi cien años...», lamenta. Él es de los que, pase lo que pase, seguirán empujando, empezando por esta tarde en el Villamarín.