Carlos Mouriño ejerció de anfitrión en el reducido acto del centenario celebrado este miércoles en Mos; «Nós somos o celtismo»: éxito de la convocatoria de celebración espontánea en Balaídos
24 ago 2023 . Actualizado a las 11:48 h.El Celta cumplió su primer siglo de vida. Lo celebró en un acto reducido, con tarta gigante, bajo un sol abrasador en Mos y mirando al futuro. Carlos Mouriño, el presidente más longevo, no quiso glosar el pasado pero sí evocó al futuro con el proyecto Galicia Sports 360 en el horizonte. Y en su corta alocución dejó claro que el conjunto vigués nació con los colores y los valores de Galicia y a ellos ha dedicado su existencia.
«No me atrevo a intentar glosar los 100 años de historia», comenzó diciendo el presidente del centenario, pero si recordó los orígenes del Celta y sus valores, que siempre han ido en la misma línea: «Somos el nexo de unión, el elemento que aglutina una tierra tan rica que en ello todo florece. El Celta sabe a mar, a bosque, aldea y a ciudad, huele a toxo y a carballo, a sal y a pescado. Es un equipo con los colores y los valores de Galicia», dijo Mouriño ante un auditorio en donde se dieron cita los socios número 1 y 2 y el más joven, un bebé de apenas un mes que lo pasó fatal por el calor. Entre el público estaba el presidente del Sevilla, Pepe Castro, los conselleiros de Rural y Sanidade y un buen número de alcaldes de la comarca, aunque no el de Vigo y el presidente del COE, el ourensano Alejandro Blanco.
La presentación deportiva también fue reducida. Un grupo reducido del filial con Claudio Giráldez a la cabeza, los más pequeños del fútbol base, una representación del Celta Integra y los canteranos de la primera plantilla, Gabri Veiga incluido, y con los capitanes Iago Aspas y Kevin Vázquez oficiando de transportadores de la tarta gigante con la que culminó un acto en donde el futuro se llevó una buena parte del protagonismo. «La pasión será la misma, será el mismo Celta de hace 100 años, ser un club de Vigo para todos los gallegos», dijo el presidente en clave sentimental.
Pero si algo ha tenido su gestión a lo largo de las tres últimos lustros es pragmatismo, por eso quiso dejar constancia de que la «semilla de un ilusionante proyecto que cambiará para siempre el club» ya está puesta en Mos en claro referencia al GS 360 «un proyecto en marcha que nos situará en el mapa de la industria del deporte en Europa».
Eso sí, sin olvidarse de «una importante masa social», que no pudo estar en el acto, «un valioso patrimonio propio», escenificado por la sede de la rúa Príncipe y por el aval deportiva de 12 temporadas en Primera. Rafa Benítez, que estuvo acompañado por Luís Campos en todo momento, tiene ahora la responsabilidad de dilatar todo posible una conquista que para el Celta es histórica. Mañana, ante el Real Madrid jugará su primer partido como club centenario de Primera División. Algo al alcance de muy pocos.
«Nós somos o celtismo»: éxito de la convocatoria de celebración espontánea del centenario
El celtismo se lo guisó y se lo comió para celebrar el centenario. El hecho de que el acto central organizado por el club fuera privado, con la asistencia de algunos abonados elegidos por sorteo, había causado malestar. Había la sensación de que no se contaba con la afición el 23 de agosto, por mucho que el club haya presentado la previa del viernes como la fiesta destinada a sus aficionados.
Pero la hinchada celeste quería hacer de ayer un día inolvidable. No servían vídeos y discursos en la distancia. Por eso, a través de las redes sociales, surgió la idea de una quedada en Balaídos para ayer a las 19.23, la hora que simboliza el año de nacimiento del club ya centenario. Se corrió la voz a través de las redes sociales y el éxito fue incontestable. Ya antes de las siete de la tarde, había un nutrido grupo de aficionados que fue creciendo a medida que se acercaba el momento.
La quedada comenzó entonando el himno del centenario compuesto por C. Tangana, Oliveira dos cen anos, que volvería a sonar tiempo después. Pero no faltó el himno tradicional ni ningún otro clásico. Rianxeira, Miudiño, el «shalalalalala» y los cánticos clásicos de los recibimientos y que suenan habitualmente desde la grada de animación de Balaídos. Además, en esta ocasión tampoco podía faltar el «cumpleaños feliz» que sus aficionados le cantaron al club.
También hubo sitio, aunque es cierto que no fueron unánimes, para los cánticos contra el presidente del club, Carlos Mouriño. «Mouriño, vaite xa» o «Gabri, sí; Mouriño, no», junto con el «Gabri non se vende», salieron de muchas gargantas. También había quien murmuraba que era un día de fiesta y que no era el momento apropiado para lanzar este tipo de mensajes.
Aunque la convocatoria surgiera en redes sociales, no solo había jóvenes, sino aficionados de todas las edades. Se le cantó a Gudelj y Mostovoi y tampoco faltó el «Aspas on fire». Camisetas de los 90 y del centenario, padres e hijos, amor por el Celta a raudales. «Nós somos o celtismo», se cantó también. Más allá de las palabras, sus hechos lo demostraron.