Silencio frente al corporativismo

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

Xoán Carlos Gil

El Celta evita cualquier valoración sobre los últimos dardos arbitrales mientras el colegiado del duelo con el Sevilla aplaude que el VAR le rectificara

24 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Los árbitros hacen campaña defendiendo sus actuaciones en los partidos del Celta y el club guarda silencio. Todo normal, teniendo en cuenta el corporativismo clásico del estamento arbitral y los precedentes que condenaron al descenso a los conjuntos que protestaron (el Espanyol, la temporada pasada, sin ir más lejos).

Porque después de las acusaciones veladas a Larsen y Tapia de Luis Medina Cantalejo, el jefe de los árbitros, Hernández Hernández defendió la decisión de corregir el penalti que él mismo había pitado en la última acción del Celta-Sevilla (el agarrón de Navas a Douvikas). «Es una jugada compleja, complicada. El VAR está para solucionar y se tomó la decisión más correcta, eso es lo importante. Se dejó de pitar un penalti que, una vez analizado, no es penalti», comentó el colegiado a la Cope.

El día de autos, el colegiado canario estaba a un metro de la jugada y no tardó un segundo en pitar un penalti que, minutos después, recomendó invalidar Prieto Iglesias desde la sala del VAR, pese a tratarse de esas jugadas denominadas grises en donde el sistema de videoarbitraje, según el propio estamento, no debe entrar. Sin embargo, Hernández se mostró encantado de que le rectificaran: «Intervinimos e intervinimos bien. ‘Es que no debería haber intervenido porque no es jugada de VAR’. Pero, coño, hemos solucionado un problema y quitado un penalti que no era, pues ya está».

Aquel partido llegó después de la inhibición de Girona, por el gol anulado a Luca de la Torre tras escapársele el balón a Gazzaniga, que simuló una supuesta falta, y el árbitro reconoció que no llegaba a Balaídos a un partido cualquiera. «Le dije que venía al Celta-Sevilla como si pitara un clásico o un derbi sevillano, vasco o valenciano. Con la sensación de que teníamos un partido importante, porque sabemos por lo que están pasando, no somos ajenos a nada», apuntó aludiendo a una supuesta conversación con un jugador celeste.

El Celta, que movió ficha en su día, ha decidido optar por el silencio absoluto, tanto respecto a las declaraciones de Medina Cantalejo, a quien visitó en su día la nueva presidenta, Marián Mouriño, como tras la intervención radiofónica de Hernández. Tan solo el celtismo ha alzado su voz a la espera de la comparecencia en el día de hoy de Rafa Benítez, de quien también habló el presidente del CTA (Comité Técnico de Árbitros).

En la apuesta por el silencio podría tener que ver la situación vivida la temporada pasada por el Espanyol, que fue castigado a lo largo de toda la liga pasada por los colegiados y terminó con sus huesos el Segunda División. El equipo perico incluso llegó a impugnar el partido ante el Atlético de Madrid, que supuso la pérdida de categoría, y llevó el descenso a los juzgados, además de una protesta sistemática a lo largo de todo el curso. En este escenario, el partido de mañana en Mestalla aparece como «otro clásico», como diría Hernández Hernández. Otro partido para seguir con lupa al colegiado.