Marián Mouriño quiere ganarse la confianza del celtismo con «trabajo, cercanía, sencillez y transparencia»

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

RC CELTA

La presidenta del Celta vuelve a incidir en la necesidad de la paz social y la importancia de la conexión con la afición y con las raíces; quiere un club competitivo, con la cantera como pilar y donde cada euro se destine al fútbol

30 dic 2023 . Actualizado a las 13:34 h.

La presidenta del Celta, Marián Mouriño, ha abordado sus objetivos al frente de club en una entrevista concedida a la entidad. Reitera que «las raíces del Celta son fuertes y diferentes» y hacen a sus aficionados «auténticos», algo de lo que se deben sentir orgullosos y «presumir de que el Celta tiene su propia identidad». Incide en que una meta clave para ella, como ya dijo en su primera rueda de prensa, es recuperarlas y que estén muy presentes.

Su vínculo con el Celta

Mouriño no sabe si su celtismo estaba «en el biberón o en el chupete», pero siempre ha tenido ese sentimiento presente. «Recuerdo escuchar el himno, la música, saber del equipo; su día a día te acercaba a la tierra donde no podías vivir», dice en referencia a su infancia y juventud en México. Luego, después del «celtismo de cuna», afirma que conoció a través de su marido, el ahora consejero Miguel Álvarez, lo que él llama «el celtismo de barrio». «Creció en Fragoso y me contaba esas historias de cuando iba a la Casa da Xuventude a por entradas o le llevaba su padrino y veía esas banderas y tambores enormes», cuenta. Como curiosidad, señala que su primera cita fue en Balaídos: «Quién nos iba a decir que estaríamos aquí veintitantos años después».

Después, llegó su primera etapa profesional en el club, hace 17 años. Su padre iba a «alcanzar su sueño» y ella se había formado en márketing y publicidad. «Me dice si lo acompaño en sus inicios y entramos con toda la fuerza y ganas», aunque lo que se encontraron fue «un club complicado» a nivel económico. Evoca sus reuniones con trabajadores, aficionados periodistas para escuchar, tomar nota y enganchar a todos, un propósito que ahora se repite. «Fue sorprendente descubrir el celtismo de aquí», dice sobre aquella época.

La sucesión

Marián Mouriño admite que la sucesión en la presidenta ha sido más rápida de lo que ella esperaba y de lo inicialmente previsto. «Este era y es el sueño de la vida de mi padre. Le decía que lo disfrutara hasta el último día que quisiera, sin prisa. Por eso cuando me preguntaban -si le sucedería y cuándo-, decía que estaba preparada y sin prisa, que ya llegaría. Se aceleró», reconoce sin detallar por qué.

En el último partido de la temporada pasada, con la salvación en juego, tomó conciencia de lo que implicaba la responsabilidad que iba a asumir. «Cuando veía a toda esa gente bajar por Fragoso -en el recibimiento-, mi sensación era que todos esos sentimientos, como los míos pero multiplicados por no sé cuánta gente, iban a estar en mis manos», una responsabilidad que «pesa». «Dices: ‘Tengo esos sentimientos, los colores, las angustias y las alegrías de mucha gente dependiendo de mí'».

La importancia de la unión y sus primeras medidas

Subraya una y otra vez la presidencia la importancia de «unir a todos» como aquella última semana de curso, rememorando el entrenamiento abierto o las ruedas de prensa con todos los jugadores mandando mensajes para esa cohesión que se logró. «Unidos, podemos hacer muchas cosas», enfatiza tirando de ese ejemplo tan importante y reciente. «Hay que volver a conectar, trabajar juntos, mostrar cercanía, sencillez, transparencia y quiero ganarme la confianza, que la gente confíe», pide. Recuerda que a todos los celtistas les une lo mismo: sufrir cada partido, celebrar cada gol o enfadarse si una decisión arbitral les parece injusta. «Nos une lo mismo, tenemos que empatizar», añade.

Enumera acciones que se han tomado como «una grada donde todos se sintieran integrados y contentos», tirando de una grada Siareiros que «enciende todo Balaídos y tira del equipo cuando bajas los ánimos». También aspectos como la cesión de abonos o el abono digital, «temas que parecen sencillos, pero a los que hay que ponerse» y en los que todavía les quedan «muchas cosas por hacer».

La búsqueda de la competitividad

La máxima dirigente del Celta repite que quiere un club competitivo y donde todo el mundo hable de fútbol. «Para eso, tienes que tener un proyecto conectado, que represente nuestras raíces, identidad y comunidad», sostiene. La cantera es, en ese sentido, «un pilar que una al proyecto deportivo», deteniéndose en que la presencia de canteranos genera orgullo y sensación de conexión. Concede importancia, también, a los convenios con otros clubes y a los vínculos con el conjunto del deporte gallego, mencionando aquí a Galicia Sports 360.

Expone el DRO, desarrollo deportivo, rendimiento y operaciones. El primer aspecto es «a largo plazo, con desarrollo de jugadores para llegar al primer equipo», mientras que el rendimiento va vinculado a cuestiones para lograrlo de inmediato, como la salud, la prevención o la inteligencia deportiva; con las operaciones hace referencia a viajes, logística y demás factores para que el proyecto funcione. «A partir de ahí, lo doto con recursos y veremos un organigrama más amplio. Se reforzarán áreas, se ordenarán, crecerán el scouting y el análisis de datos, donde vemos que hay que reforzar para que el proyecto deportivo sea sólido». Repite que cada euro ganado irá a parar a esa búsqueda de competitividad del Celta.

También se había referido ya, y vuelve a hacerlo, a la necesidad de que el conocimiento esté vinculado al propio club y no a las personas que están de paso. «Quiero que pertenezca al club, necesitamos alguien que dirija esa área con ese sentido de dotar al club de conocimiento», contraponiéndolo con el modelo de alguien que está un tiempo vinculado al primer equipo y se va. Su ideal es «un líder de abajo a arriba».

La cantera

Muestra Marián Mouriño su orgullo de la cantera, con muchas generaciones del Celta Fortuna hacia abajo dando alegrías, donde «todos brillan por igual» y representan los valores de la entidad. Cree que el éxito del primer filial es consecuencia del trabajo de muchos años y valora en este punto el empeño de su padre. «Siempre apostó por la cantera, era casi una obsesión y se están viendo los frutos», celebra. También menciona la apuesta por el C Gran Peña para reducir el salto de juveniles a Primera Federación.

Pero también esboza que «dentro de lo bueno de la situación, hay que unir la cantera a ese primer equipo», para lo cual necesitan «más recursos y ordenar un poco para volver a dar ese empuje» que suponga «otro salto de calidad.

La paz social

Vuelve a incidir, como hizo en su primera comparecencia, en la importancia de la paz social. Es un asunto que hace extensivo a los trabajadores del club, jugadores, proveedores, patrocinadores y a nivel institucional, con los políticos, dice. «Hago referencia a la foto de Los Escudos porque fue un hito que Xunta, Concello y Diputación se unieran para hacer un Celta más grande y sólido», lamentando que aquello no llegó a buen puerto y «se rompió». «Me gustaría recuperarlo y lo digo a modo simbólico, porque ni está la misma gente en todas las partes».

Pero quiere unir nuevamente a las tres instituciones con el Celta para hacerlo grande y competitivo. «Muchas ciudades compiten por una plaza en Primera. Tenemos que arraigar al Celta en Vigo con el club como interés común», algo que ve fácil y complicado a la vez. «Hay que conseguir que todas las partes lo entiendan y que sea igual de relevante para nosotros. Que el objetivo común sea hacer más grande al Celta», dice antes de expresar su deseo de que el Celta siga muchos años en Vigo y en Balaídos.

La ciudad deportiva y Galicia Sports 360

Mouriño recuerda que tuvieron el apoyo de la Xunta en la Cidade Deportiva Afouteza y Galicia Sports 360. «Han creído en el proyecto y lo han apoyado. Allí, nuestra cantera puede crecer y podemos dotarla de lo que necesita hoy cada vez más un club».