El capitán del Celta se echó al equipo a la espalda frente al Las Palmas con dos goles y dos asistencias en su mejor actuación de la temporada
21 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La frase de que a Iago Aspas nunca hay que darlo por muerto se ha repetido muchas veces en los últimos años y el hoy capitán del Celta se ha encargado de confirmarlo una y otra vez. En su temporada más discreta en cifras desde que es futbolista profesional, se echó al equipo a la espalda con el premio de los números que le venía faltando en otras ocasiones. Y fue la figura del duelo frente al Las Palmas con dos goles y otras tantas asistencias. Estelar.
El último en salir del autobús a la llegada a Balaídos y el primero en saludar al celtismo en el calentamiento, rituales suyos desde tiempos inmemoriales. También el responsable de tirar del celtismo durante el partido y de enfrentarse a Mika Mármol cuando este retrasaba el momento de poner el balón en juego desde su portería. Y el encargado de reiterar tras el partido que el equipo quiere jugar así —en alusión velada pero inequívoca al modelo anterior, con Rafa Benítez—.
El moañés, que la semana pasada cumplió 350 partidos en Primera a sus 36 años, se había plantado en esta jornada 32 con cinco goles, muy lejos de su mínimo en la máxima categoría, los doce del curso pasado. Se había estrenado frente al Athletic en la jornada trece y luego había anotado de manera consecutiva en las jornadas 10 y 20 (Betis y Mallorca) y en la 25 y la 26 (Barcelona y Cádiz). Habían pasado casi dos meses del último. Su doblete más reciente databa del 11 de marzo del 2023, ante el Rayo.
En cuanto a las asistencias, un concepto donde sí viene destacando ya este curso más allá, con las dos de este partido lleva ya ocho. Frente al Las Palmas, Aspas realizó tres tiros a puerta de los cuales convirtió en gol dos; tuvo un acierto en el pase del 83 % (19 precisos de 23) y dio tres pases clave. También hizo un regate y completó tres entradas de cuatro intentos.
A la conclusión del partido, más allá de sus palabras dejando claro que como quiere jugar el equipo es así, se le vio pletórico. Fue el que más se acercó a la grada de animación para agradecer el apoyo al final del partido, aplaudiendo y celebrando con sus gestos el triunfo. Sabedor de la importancia que tiene para el equipo y de la que tuvo él para que se consiguiera. Una temporada más, Aspas da vida al Celta cuando más lo necesita.