La fiesta no está reñida con los puntos

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

El Celta celebra la permanencia con un Balaídos hasta los topes pero con la exigencia de encadenar tres triunfos e ingresar 3,5 millones adicionales

26 may 2024 . Actualizado a las 15:10 h.

Hace casi un año, en la misma fecha 38, Balaídos se llenaba para un dramático partido que tuvo un final feliz. Esta sobremesa, el coliseo vigués volverá a llenarse de nuevo, como en casi toda la temporada, para celebrar la fiesta de la permanencia, un cheque al portador en el mundo de los humildes dentro de la élite del fútbol español.

El Celta del maratón, que terminó con un esprint que le llevó a la línea de meta con una de antelación, puede hoy vivir una despedida tranquila, aunque con el aliciente de encadenar su tercera victoria consecutiva, algo que no sucede desde el mes de mayo del 2021, con Eduardo Coudet en el banquillo y restricciones postcovid en las gradas. Ganar aseguraría asegurar un premio extra de 3,5 millones en el reparto del pastel televisivo por clasificación (los vigueses serían décimo terceros o décimo cuartos en función del resultado del Sevilla). Un triunfo, además, en la despedida sería la mejor manera de celebrar la segunda mejor racha de la historia en la élite. Trece temporadas, palabras mayores.

Una década después de aquella despedida de Luis Enrique en el 2014, el Celta rememora la fiesta en la previa del partido, con actividades y conciertos en los aledaños y en el campo buscará la guinda perfecta como en aquella ocasión. La gran diferencia es que entonces mandaba en el banquillo un entrenador mediático que ya tenía facturas las maletas hacia el Nou Camp y hoy lo gobierna un joven de O Porriño que con 36 años ha entrado en la élite del fútbol por la puerta grande y con ganas de quedarse muchos años en el club de su vida. Claudio Giráldez cogió a un Celta con la muerte en los talones y si hoy gana superará en diez partidos las cinco victorias de Rafa Benítez en 28, lo que dejaría al equipo muy cerca de la mitad de la tabla. No demasiado lejos del lugar que indica que estatus económico (por tope salarial y por presupuesto).

El cierre de temporada, ante un Valencia que también llega sin nada en juego y con los billetes para las vacaciones en la maleta, también será un día de despedidas en el Celta. Renato Tapia acaba contrato y lo suyo siempre ha sido volar como agente libre, Kevin Vázquez, nigranés de vital importancia en el vestuario, parece dispuesto a buscar los minutos que le faltan en Vigo lejos de casa y otros muchos están en el escaparate para equilibrar una plantilla demasiado amplia en algunos casos o para hacer caja en otros.

El partido también debe ser una fiesta del fútbol. Después de meses viviendo con el culo cerca del área propia el conjunto vigués ha recuperado su identidad y su propuesta ofensiva de la mano de un técnico que hoy será uno de los principales homenajeados. El rey de una fiesta que debe dar paso a un año más tranquilo.