Tres de sus entrenadores y una excompañera y amiga retratan a Vázquez; ven su llegada al equipo femenino del Celta como el «fruto lógico de un proceso natural» y un logro «más que merecido»
07 jun 2024 . Actualizado a las 23:23 h.Cuando la que hoy es entrenador del equipo femenino del Celta, As Celtas, Vicky Vázquez, llegó al Balaídos C. F. —club del barrio donde nació y creció— siendo benjamín a finales de los 90, en la liga local donde iba a comenzar a competir con chicos no había ni una sola niña. «Yo también era nuevo y daba por hecho que había más. Pero no, ella fue la primera», recuerda su entrenador en los inicios, Pepe Pozuelo, que rememora incluso cómo su ficha les venía de vuelta.
Cuando se habla de esta viguesa nacida en 1990 como pionera, no es un decir. Abrió camino y no le importó ser única durante un tiempo. «Su pasión por el fútbol la empujaba. Estaba todo el rato jugando, al acabar el partido o el entrenamiento, ella seguía», relata. Más allá de alguna anécdota con los vestuarios —«tenía que irse diez minutos antes para ducharse ella primero»—, siempre fue una más entre sus compañeros. «La apreciaban mucho. Era inteligente, técnicamente muy buena y con buena visión de juego. Solía ser titular porque era buena, sin distinción de sexo», subraya.
Las carencias en lo físico a una edad determinada las suplía con otras cualidades. «Jugaba de mediocentro y tenía un gran pase de media y larga distancia. Tenía muy buen trato de balón y, sobre todo, era muy lista», insiste el que fue su técnico y al que no le sorprende que ella también haya tirado por ese camino. «Analizaba mucho lo que hacía. Siendo tan pequeña, ya veías que no se limitaba a jugar, quería comprender, saber por qué. Y esos jugadores son los que tienen opciones de ser entrenadores», añade. Verla en As Celtas le parece «el fruto lógico de un proceso natural».
El paso al fútbol femenino lo dio Vicky con el que durante muchos años fue el club de referencia en la ciudad, El Olivo. Tanto allí como, luego, en el Sárdoma, coincidió con ella David Ferreiro, que la tuvo a sus órdenes durante cinco temporadas. «Desde el primer año, se veía que era una jugadora-entrenadora. No era la típica futbolista que llega, entrena y se va. Quería aprender y, de hecho, ya entrenaba en las categorías inferiores del Rápido de Bouzas», apunta.
Sus dotes estaban claras y Ferreiro tiene la sensación de que conecto con ella porque compartían pasión. «Se transmitía de mí hacia ella y de ella hacia mí. Siempre gusta que una jugadora te haga preguntas de cómo interpretar el juego. Era entrenadora 100 %», ahonda.
También pone el foco en cómo se ha preparado a conciencia para asumir retos como los que se le han ido presentando. «Representa todo lo que tiene que representar una entrenadora: tiene capacidad, formación y un liderazgo que se ha visto en la selección gallega», valora sobre su labor en las categorías inferiores de Galicia. «Tiene una trayectoria impecable, empezando desde la base, formándose y haciendo un trabajo espectacular en un escenario tan complicado como la selección, donde no hay un trabajo diario y ha sido capaz de sacar rendimiento con muy pocas sesiones», alaba.
El nombramiento de Vázquez como entrenadora de As Celtas supone «hacer justicia» con una profesional que lleva muchos años empapándose de fútbol y que es «capaz de imprimir carácter a sus equipos dentro del campo, que es algo fundamental». Espera que, de su mano, As Celtas crezcan hasta «estar dentro de unos años compitiendo con los grandes», pues percibe que se trata de «un proyecto ambicioso, ilusionante y que seguramente dará alegrías».
Antes que con Ferreiro, Vicky coincidió en El Olivo con Edu González, que vivió sus comienzos allí. «Llegó sobre el 2003, siendo cadete, en fútbol sala , que era lo que había allí entonces. Cuando se creó el equipo de fútbol 11 en el 2005, ella fue de las primeras y del grupo de las pequeñas», cuenta. Explica que «era fuerte para la edad que tenía, iba bien al corte, de cabeza, tenía salida de balón en corto y desplazamiento en largo y, como central, mandaba en la defensa», agrega.
De aquella joven futbolista le vienen a la cabeza «su curiosidad, quería saber y aprender, conocer los porqués de las cosas y todo eso te lleva a pensar que pueda acabar como ha acabado: hizo INEF; tiene el título de entrenadora, lleva muchos años entrenando...». Está convencido de que Vicky es la mejor opción para As Celtas. «Los comienzos igual no son fáciles, pero para algo están los retos y seguro que lo saca. Va a tener todo nuestro apoyo».
«No hay nadie mejor que Vicky»
Anaïr Lomba, Lombi, excompañera y amiga de Vicky, conoce de primera mano «su curiosidad» por ser entrenadora desde muy joven. «Siempre veía el fútbol más allá y lo vive con la pasión de ser capaz de levantarse a las 8.00 un domingo para ver un partido y reenganchar para ver otros durante todo el día para ver jugadoras. Eso no lo hace mucha gente», constata.
A la también ex del Olivo y de varios clubes de Primera le parece que su perfil es el idóneo para As Celtas. «Lleva años enrolada en las categorías formativas de la selección gallega y en una categoría como Tercera Federación, necesitas conocer a la gente de la zona, que es la que te va a hacer crecer», dice al tiempo que destaca que ella «conoce a todas y cada una».
La exfutbolista guardesa añade que Vázquez «es buena persona, conecta con las niñas y tiene facilidad para explicar las cosas, que la sigan y crean en ella». «Si piensas en una entrenadora ideal para As Celtas y conoces a Vicky, sabes que es ella, no te puede salir otro nombre», sostiene. Ahora, al ve ilusionada y ansiosa por empezar, sin miedo. «No ha tenido una vida fácil y siempre ha superado las cosas. Está preparadísima y podría perfectamente ser la piedra angular del proyecto. Las niñas la van a adorar».