![](https://img.lavdg.com/sc/ChOc7Ce2VMx2pW_vcJMBwhNc7Tw=/480x/2024/07/22/00121721679122513481548/Foto/V_20240722_220340002.jpg)
El delantero, que llegó en su Panda celeste a A Madroa, confesó que siempre tuvo en mente poder volver al Celta y apuesta por una temporada ilusionante
23 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Borja Iglesias Quintás había pisado A Madroa por última vez como céltico el 26 de mayo del 2017, en la víspera de jugar su último partido con el Celta B en Mestalla. Ese día cerró una puerta que en la tarde de ayer volvió a abrir para su presentación como jugador del Celta hasta el 30 de junio del 2025. El Panda llegó en su Seat Panda, ese coche que le recomendó comprar Isco y que encontró con matrícula de Lugo y de color celeste en una página de internet. «Teño a sensación de que non marchara», comentó poco después de bajarse de su utilitario ataviado con la indumentaria céltica.
En su acto protocolario, el santiagués incidió en la idea de que siempre pensó en volver a la que considera su casa. «Hai uns cantos anos tiven que saír e durante todo este tempo, sempre pensei se tería a oportunidade de volver. Para min hoxe é un momento moi especial», comentó.
No ocultó que se predisposición al regreso fue total, pero desde el club también le dieron un empujón. Algunos, con nombre propio conocido: Claudio Giráldez, Iago Aspas y Kevin Vázquez. «Eles intentárono con todo e oxalá vivamos unha tempada ilusionante, porque creo que o merecemos todos».
Pero, curiosamente, la estrella de la presentación ante la afición no fue el Panda, sino su abuela Teresa, que saltó al campo de hierba sintética de A Madroa apoyada en un par de bastones y que dio todo un recital de los balonazos que se llevó de Borja en el pasillo de su casa cuando era pequeño . «Deume moitos balonazos nas pernas que me doian», recordó antes de dar la clave de su vuelta al Celta. «Recei moito e xa me dixeron que foi grazas ás miñas oracións», espetó en medio del aplauso unánime de una grada entregada a las historias de la abuela Teresa. «Estou encantada porque sufrín moito cando marchou», dijo con la voz entrecortada de la emoción a sus 84 años. Además, vaticinó que el Panda volverá a ver puerta como cuando lo seguía en las gradas de Barreiro. «O que o leva dentro, eu creo que o leva sempre», dijo de su acierto realizador.
La presentación en A Madroa, que acabó con la firma de balones y con su primer baño de celtismo con los aficionados, fue la última estación en un día que comenzó con reconocimiento médico a primera hora de la mañana y que siguió con su primera visita a la ciudad deportiva de Mos, de la que dice que se respira «a mesma esencia» de las viejas dependencias de Candeán, para saludar a sus nuevos compañeros y al técnico. Hoy volverá a Afouteza para ejercitarse y ver el tercer amistoso de la pretemporada. Si todo va bien, quizás el santiagués pueda debutar el viernes ante el Gil Vicente. Quién sabe si con Teresa en la grada.