El canterano del Celta, que firmó una destacada actuación contra el Barcelona, dando la asistencia de Hugo, ha participado en trece partidos
28 nov 2024 . Actualizado a las 21:03 h.Javi Rodríguez no estaba en la convocatoria del pasado verano para comenzar al pretemporada con el primer equipo del Celta. Pese a ser un jugador que ha crecido de la mano de Claudio Giráldez y que siempre ha gozado de una confianza por parte del porriñés que ha sido clave en su evolución, terminó sus vacaciones en la fecha del Fortuna y no fue hasta entonces cuando se incorporó al primer equipo. Prácticamente, puede decirse que hasta hoy.
El canterano nacido en Poio en el 2003 —perteneciente a la gran generación reciente de A Madroa, que cuenta actualmente con cuatro canteranos con protagonismo en Primera— ha participado en trece partidos —solo vio uno desde el banquillo—, siete como titular, y del filial solo tiene el dorsal. La prueba de fuego en ese sentido llegó en los parones de selecciones: no bajó en ninguno de los tres hasta ahora y Fredi Álvarez ya dejó claro en uno de ellos que no tenía sentido que lo hicieran jugadores que están siendo titulares en Primera. Caso de Javi.
De la partida en Primera, sin ir más lejos, contra el Barcelona esta pasada jornada, también fue goleador en la anterior, en el Benito Villamarín. Pero el pasado sábado, Rodríguez Galiano tenía una prueba de fuego: la responsabilidad de mantener a raya a Dani Olmo. Y salió airoso, sabiendo cómo actuar y cómo afrontar el desafío de marcar a uno de los mejores futbolistas de la temporada pasada, que está de regreso en el club blaugrana a cambio de 47 millones de euros más diez en variables.
El reto ante los de Hansi Flick, de por sí mayúsculo, tenía algunos añadidos para convertirlo en todavía mas complejo. Por ejemplo, que con la apuesta táctica que había preparado Claudio Giráldez, a Rodríguez Galiano le tocaba actuar de lateral derecho y no tanto de carrilero. En una entrevista reciente a La Voz, confesaba que no esperaba que le fuera a gustar la posición de central derecho, donde venía siendo usado por el porriñés desde el B, y añadía: «De carrilero, que era mi posición, y en la línea de cuatro, me gusta más de lateral derecho».
Con este papel, no apareció tanto en ataque, pero, sin embargo, dio la asistencia del gol del 2-2 definitivo a Hugo Álvarez, compañero de generación y de muchas batallas, y la sonrisas de ambos en la celebración lo decía todo. «Un balón que me da Javi dentro del área, veo que un rival me viene encima, intento regatearlo y definir en el único hueco que vi. Por suerte, salió bien», describía el ourensano tras el partido.
Listo para grandes batallas
Javi Rodríguez está demostrando a cada oportunidad que está preparado para grandes batallas. Salvo sorpresa, todo apunta a que su etapa de formación ha llegado a su fin, aunque no fuera lo previsto para él hace apenas unos meses. «Soy jugador del Celta Fortuna de momento y si me toca bajar a ayudarles, bajaré. Estoy para ayudar», decía en octubre, cuando compareció tras renovar su contrato. Pero cuanto más tiempo pasa, menos probable parece que eso vaya a llegar a suceder.
El pontevedrés lleva ahora 770 minutos en trece partidos, el octavo registro más alto de la plantilla, y es el segundo de un jugador con ficha B, solo superado por Hugo Álvarez. El único partido el que se quedó sin participar data ya de la tercera jornada, todavía en agosto, aunque su tope de titularidades seguidas —siempre difícil de prolongar con las rotaciones de Claudio Giráldez— es de tres, cifra que podría repetir si juega de inicio en Cornellà. Además, jugó la segunda parte en Copa.