Estado de felicidad en Balaídos

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

5.512 aficionados celebran la renovación de Aspas en un entrenamiento del Celta abierto al público en donde se aplaudieron hasta los rondos

04 ene 2025 . Actualizado a las 21:52 h.

Balaídos es una fiesta permanente, ya no solo en los partidos con llenos sistemáticos, sino que incluso la grada de Tribuna se quedó pequeña y el Celta tuvo que abrir la de Marcador para dar cabida a los 5.512 aficionados que se dieron cita en el entrenamiento abierto al público que el club organizó por segunda Navidad consecutiva.

En esta ocasión, el pretexto no solo era aplaudir al equipo, conseguir un autógrafo o tener la suerte que en balón firmado le pudiese caer en las manos a cualquier aficionado. El día también iba de celebración por la renovación de Iago Aspas. Por eso, cada uno de los cinco millares largos de aficionados que se dieron cita fueron agasajados en la entrada con un pasquín que en su día puede ser objeto de culto. «Eu vin xogar a Iago Aspas», decía la inscripción en una cartulina con varias fotos del 10.

Los prolegómenos fueron minutos de culto al mejor jugador del Celta de todos los tiempos que, por el momento, continuará en los terrenos de juego al menos un año y medio más. Porque una gran lona con la cara de Aspas presidía el estadio y el moañés fue el último en saltar al campo para el entrenamiento en medio de una atronadora ovación. Antes de coger el balón, se hizo con el micro para agradecer todas las muestras de cariño y para proclamar que «esta no va a ser una temporada más, nos queda por daros mucha alegría».

Iago se llevó la gran ovación de la mañana, pero no la única, porque los aficionados congregados, de todas las edades aunque con un número muy significativo de niños, lo aplaudieron todo: desde el calentamiento físico hasta los rondos, con un portentoso salto de Joseph Aidoo, pasando por los pocos goles de los partidillos ordenados por Claudio Giráldez y también las acciones de centro y remate con Alfon, Aspas y Pablo Durán como los más certeros.

No faltó el trabajo específico de los porteros, pero del mismo modo, todo el frente de ataque, en dos tandas diferenciadas, trabajó el tiro a puerta y en la recta final fue la retaguardia quien tuvo su tarea particular. Todo con Giráldez y su cuerpo técnico pendientes de cada acción.

 
 
 
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La Oliveira en la traca final

La sesión, que fue un suspiro para la inmensa mayoría de los aficionados, duró algo más de una hora y cuarto y como traca final, mientras sonaba la Oliveira dos cen anos en la megafonía y el entrenador mantenía una charla con Ilaix Moriba (de carácter táctico presumiblemente), hubo un sinfín de firmas de los jugadores y reparto de balones a la grada, alguno de ellos teledirigido casi en modo asistencia. Iago Aspas, como no podía ser de otra manera, fue el último en abandonar el rectángulo de juego después de firmar cientos de veces sobre una cartulina que pasará a la historia. Porque no todo el celtismo tuvo el privilegio de ver jugar a Iago Aspas. El primer culpable de que en el estadio de Balaídos reine el estado de felicidad después de unos cuantos años de sufrimiento continuado.

 
 
 
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En la mañana de este sábado, el equipo regresará a la Cidade Deportiva Afouteza de Mos para completar la úlitma sesión antes de desplazarse a Santander para afrontar la eliminatoria de Copa del Rey.