El guardameta del próximo rival del Celta es hijo del vigués y excéltico Vicente Román
04 abr 2025 . Actualizado a las 22:56 h.Por las venas del actual portero suplente del Mallorca, Leo Román, corre sangre viguesa. Nacido en Ibiza en el año 2000, el meta es hijo del excéltico Vicente Román, que jugó en el filial y no llegó a hacerlo en partido oficial con el primer equipo del Celta, pues delante estaban nada menos que Javier Maté y Patxi Villanueva. Después, el fútbol le llevó por otros lares y a Galicia solo vuelve de visita. «Tengo a mi padre, a mi hermana, mis tíos, amigos de la infancia... Llevo casi 40 años fuera, pero voy siempre que el trabajo lo permite», cuenta.
Y con él, durante años, acudía a su tierra Leo. «Un par de veces al año hemos ido siempre. Incluso se ha quedado con sus abuelos allí cuando era chiquitillo», explica Román padre. Y las visitas siguen siendo relativamente frecuentes: «Cada vez que puede, va a ver a su abuelo. El hombre ya es mayor y le vienen bien ver a los nietos», cuenta.
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Así, Leo, al que le «encanta el marisco gallego», siempre ha tenido muy presentes sus raíces. «Aunque no lo hemos hablado, seguro que para él, teniendo familia gallega, tener enfrente al Celta es especial», comenta sobre un partido que para él lo es y considera que se presenta «muy igualado». «Están igualados a puntos y aunque a favor del Mallorca juegue el factor campo, el Celta está en un gran momento y haciendo muy buen fútbol -constata-. Quizás son dos estilos distintos, pero puede ser un partido bonito de ver para el espectador».
Vicente Román va con el Mallorca en este caso, pero con el Celta en todos los demás partidos. «Los recuerdos que tengo de esa etapa son para siempre. Es mi tierra y ojalá se metan lo más arriba posible; si pueden llegar a competiciones europeas, mejor que mejor», anhela. Mientras, cuenta que está disfrutando con la propuesta de Claudio Giráldez. «Lo sigo y me gusta, ya no solo como aficionado, también como entrenador. Está haciendo muy buena campaña y con gente joven, con canteranos».
En su día, él fue un canterano en el vestuario del Celta. «Jugué en el Gran Peña cuando era filial y estuve un par de temporadas con el primer equipo siendo muy joven», rememora. «De niño siempre quieres jugar en el equipo de tu ciudad y yo tuve esa oportunidad. Fui convocado a unos 25 o 30 partidos, sin debutar», detalla. En aquella etapa, «era el más jovencillo, un niño de 18-20 años» que aprendió «muchas cosas de gente como Atilano, Maté, Villanueva o Pichi Lucas» que le han servido en su carrera y en su vida. Mañana, si el trabajo en una rotativa —que compagina con la faceta de entrenador, hasta hace poco del Portmany— se lo permite, irá al partido de esta jornada.
¡Qué paradón de Leo Román!
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¡Qué paradón de Leo Román!
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Leo vive una temporada en la que no está jugando, tras sumar muchos minutos como cedido en Segunda, en el Oviedo, el curso pasado. «Ser portero no es fácil, tiene que esperar su oportunidad y aprovecharla cuando llegue. Lo veo tranquilo y con ganas. Hay un trabajo diario y tienes de que ser fuerte mentalmente, porque no es lo mismo que otras posiciones», recuerda desde su propia experiencia. Porque su hijo siguió sus pasos también en cuanto a demarcación. «Supongo que como me veía a mí, tiraba más hacía ahí, aunque de niño jugó de todo». Ahora, bromean con que el mallorquinista ha llegado más lejos: «Me da más consejos él a mí que al revés».
