El ourensano es uno de los municipios más pequeños que cuentan con peña del Celta, activa desde el año 2000
20 oct 2015 . Actualizado a las 11:34 h.Cualedro es, probablemente, el municipio más pequeño que cuenta con una peña celtista propia, de nombre A Mao Negra. De sus 1.800 habitantes, solo 75 pertenecen a este colectivo, pero su presidente, Carlos Martínez García, asegura que alrededor del 90 % de los vecinos son simpatizantes del equipo vigués, una tradición que no ha hecho sino ir a más desde su fundación, en el año 1999. Aunque en este momento surgió todo, no fue hasta el 2000 cuando empezaron a funcionar en la práctica, por eso acaban de festejar su decimoquinto aniversario.
Martínez, vigués residente en Cualedro, ya había fundado una peña en la ciudad olívica bajo el nombre de Celtistas sin filtro en el año 1987. Cuando se mudó por trabajo a la localidad ourensana, de donde procedía parte de su familia, se sintió «orfo de peña», de modo que enseguida buscó cómo ponerle remedio. «Foi no ano 1999, así que vimos de cumprir o noso decimoquinto aniversario. É un pobo moi celtista, polo que, ao pouco de virme, xunto cuns amigos, animámonos a poñela en marcha. Pensamos que se Verín, por exemplo, tiña unha, porque non a habíamos ter nós», recuerda.
La diferencia entre las dos a las que Carlos ha pertenecido es que la primera nació en el año del descenso a Segunda B -«había que animar á grada»- y la segunda en pleno auge europeo. «Logo, hai uns anos, volvemos revivir eses tempos malos e a piques estivemos de repetir o descenso. Menos mal que non, porque a situación xa non era a mesma», señala. Durante todo este tiempo, la agrupación ha vivido diferentes etapas, precisamente en función de las circunstancias del conjunto vigués, pero sin llegar a correr riesgo de desaparecer en ningún momento. «Ás veces faise con máis ganas e ás veces con menos. Tamén hai épocas, polo traballo e as circunstancias de cada un. Pero o celtismo sempre segue aí».
Uno de sus principales incentivos era la organización de viajes en grupo. «Xa antes da peña eramos uns cantos amigos aos que nos gustaba o fútbol e que nos xuntabamos para ver os partidos e tomar uns viños. A peña serviu para que iso fose máis continuado e para organizar unhas cantas viaxes ao ano», tanto a Balaídos como a diferentes sitios de España. «Estivemos en Madrid, Valladolid, Oviedo, nas finais de Copa...». Ahí están algunos de sus mejores recuerdos, repartidos con los de Balaídos y los vividos en su sede, el bar Chaplín.
Con unos 75 miembros, se consideran una gran familia. «Para nós é o número ideal para reunirnos e ter un contacto permanente. Non é como nunha peña de Vigo, que cantos máis, mellor», dice Carlos, que habla con conocimiento de causa dada su experiencia anterior. Por el mismo motivo, valora como muy meritorio el mantener una peña celtista a 170 kilómetros de distancia. «Ser de Vigo practicamente implica ser do Celta, pero no noso caso penso que ten máis mérito facer que os nenos non se decanten polo Madrid ou o Barcelona. Impulsáronnos os anos das grandes campañas do Celta, con Mostovoi e compañía, pero logo reafirmámonos nos anos malos».
Luchan también contra la despoblación del rural, que no es ajena a un municipio como este. «A vila vaise quedando con cada vez menos xente, pero os que somos, celtistas maioría», insiste. A la hora de bautizar a la peña optaron por una referencia local para reivindicar su origen. «A Mao Negra é unha lenda nosa, moi tradicional de aquí, dicíase que aparecía polas noites e por iso lle quixemos poñer ese nome», relata el presidente. A Mao Negra es en realidad celeste; Cualedro, también.