En dos años han pasado de las dificultades para tener el número mínimo de integrantes para formar la peña a superar el centenar
27 oct 2015 . Actualizado a las 11:59 h.El presidente de la peña Ardan Celeste, Manuel Pastoriza, aún se acuerda de cuando de niño presenciaba partidos del Celta en la grada entonces llamada General (actual Fondo) por 80 pesetas. Aquella pasión por el equipo empezó cuando le contaron que su padre había llegado a hacer una prueba para jugar en el club vigués -«saber iso é algo que che move a fibra», confiesa- y en el año 2013 cristalizó en el actual colectivo marinense, con el que ha conseguido despertar el sentimiento celtista que permanecía dormido en muchos de sus vecinos.
«Sempre houbo certa simpatía polo Celta, pero non se seguía demasiado ao equipo e mesmo ás veces Real Madrid e Barcelona esperaban máis interese que o equipo da terra», recuerda indignado Pastoriza. Él, que durante años trabajó en el mar y apenas podía seguir los partidos con la radio como único medio, se propuso acabar con esa idea también como manera para disfrutar al máximo del equipo ahora que está en condiciones de hacerlo. «Algúns dicían que nada de Celta, que había que ser do Madrid, que para iso era a capital de España. Coma se eles fosen máis intelixentes, máis guapos e máis listos. Esas discusións movéronme a facer algo que axudara a mirar cara ao noso».
De costarle encontrar al número mínimo de personas que se exige para formar la directiva y dar luz verde a la constitución de la peña de manera oficial han pasado a superar el centenar de integrantes. «Había xente que tiña simpatía polo Celta, pero como que lle daba apuro recoñecelo. A base de ver que nós nos animábamos e faciamos cousas fóronse sumando máis persoas», celebra. Ahora cuentan con niños desde los 7 años de su nieto hasta jubilados, pasando por todos los tramos de edad. La gente les agradece que tomaran la iniciativa. «Achéganse e dinche que fixemos unha cousa boa... ¡E que como está agora o noso Celta!».
Tienen su sede en el bar Garfil, unha cafetería «cunha parte chea de bunfandas, unha vitrina coas cousas da inauguración e os regalos do aniversario» y un largo etcétera. Allí se reúnen para ver los partidos y llevan a cabo también sus comidas y celebraciones. «É unha mágoa que se establecera que só se pode facer celebración cada cinco anos, porque na inauguración veu Oubiña e iso sempre anima moito á xente», explica Pastoriza en relación a los jugadores que el club envía para conmemorar las cifras redondas de las peñas. «Precisariamos un pouco máis de apoio por parte do clube para seguir fomentando o celtismo», admite.
Representados siempre en Balaídos, lo estaban ya en la etapa de Segunda, que fue cuando surgió la idea de la peña. Inicialmente pensaron en ponerle el nombre del futbolista del primer equipo natural del Concello del que proceden, Hugo Mallo, pero llegaron tarde. «Tamén foi un factor moi importante no aumento do celtismo aquí, pero xa estaba collido e que mellor que optar polo nome da nosa parroquia», dice en referencia a la peña Hugo Mallo. Por cercanía, mantienen relación sobre todo con este colectivo, así como con Bueu Celeste, Iago Aspas y Marusía.
Pastoriza fue el impulsor de la peña junto con el que hoy es el vicepresidente, que anteriormente ejerció como delegado de las categorías inferiores. Pasados dos años, hacen un balance positivo, aunque saben que no pueden bajar la guardia. «Persoalmente estou contento, pero sabendo que hai que estar sempre atentos e facendo cousas, porque no momento que deixas de moverte vense todo abaixo, igual que se veñen malos resultados podemos resentirnos». De que no ocurra se encargan ellos.