El celtismo a través de sus melodías

Míriam V. F. VIGO / LA VOZ

ZONA CELESTE

Miembros de A Roda, en la previa del partido del ascenso, en el 2012
Miembros de A Roda, en la previa del partido del ascenso, en el 2012 Ana Iglesias

'The Guidetti Song' está llamada a ser fija en una lista donde la 'Rianxeira' o la 'Foliada do Celta' tienen un lugar privilegiado

24 feb 2016 . Actualizado a las 15:26 h.

Una nueva canción llamada a convertirse en habitual se ha incorporado este curso al repertorio de Balaídos. Se trata de Jonny G (The Guidetti Song), composición de grupo sueco Badpojken lanzada el pasado verano en homenaje al ahora futbolista céltico y que se pudo escuchar el pasado sábado en un partido en el que el internacional celebró dos tantos. No era nueva, pues el público ya había aclamado al jugador al ritmo de este tema - que reza «eres todo para mí, ¿te quieres casar conmigo?»- en más de una ocasión.

 

Otra canción dedicada a un jugador que durante un tiempo fue habitual en los descansos de los partidos fue de Mostovoi. Aunque más complicada que la de Guidetti -en inglés- por estar escrita en el idioma del Zar, el ruso, el estribillo con su nombre seguía siendo coreado por el celtismo cuando sonaba por megafonía años después de que la etapa celeste del jugador hubiera finalizado. «Hay muchos buenos futbolistas (...) pero todos sabemos que Mostovoi es el mejor», proclama su letra.

La lista de célticos o excélticos con canción la completa la dedicada a Augusto, Augusto Fernández, qué gusto a cargo del grupo argentino Siempre pasa algo. Aunque no se llegó a escuchar en Balaídos -o no de manera frecuente, al menos- tenía en común con las anteriores el hecho de ensalzar las virtudes del jugador y, en este caso, de contar el periplo profesional del protagonista, incluido su paso por el Celta. Sin llegar a tener canción, la peña Lío en Río acuñó el casi célebre «Gol de Demidov» y el celtismo también adoptó el «Larri-larri-vey oh, oh, oh» al ritmo de Xuxa que ya le cantaban en Vallecas.

Al margen de las composiciones inspiradas por nombres propios que han vestido la celeste, hay otros temas que van mucho más allá de los siempre cambiantes integrantes de la plantilla. Es primer caso es el Himno do Celta, interpretado a capella por la afición en la previa de los partidos desde hace varias temporadas, y que desde el año pasado cuenta con una nueva versión a cargo del celtista uruguayo Santiago Góngora. Recientemente, también David Russel deleitaba a los aficionados al fútbol y a la música con su adaptación.

La interpretación más conocida del himno es la de A Roda, clásico de Balaídos junto con A Foliada do Celta, con ese «díxolle o sobriño ao tío» que no le es ajeno a nadie que haya pisado el municipal vigués en alguna ocasión. Los integrantes del grupo la tocaron in situ, además, en la celebración del ascenso, donde también Miguel Costas, de Siniestro Total, deleitó al público con Miña terra galega, no tan ligado a Balaídos o al club, pero que sí se ha oído en más de una ocasión, sin ir más lejos en la previa de un partido al principio del presente curso.

Hubo un tiempo en el que 1923, de Keltoi, sonaba al finalizar los partidos. El ritmo del «sempre Celta» que marca esta canción también ha inspirado un cántico habitual en la afición y posteriormente se ha incorporado otro tema de este grupo, Unhas cores, un sentimento. Como el Brasil, decime qué se siente dio pie a una canción que la hinchada céltica dedica al eterno rival. Incluso canciones del Xabarín Club como la de Dragon Ball Z o Non todo é o que parece, de Aerolíneas Federales, hicieron ocasionalmente durante el descanso las delicias de los aficionados que eran niños en los 90.

No hay que olvidar el Miudiño, que sonó sin ir más lejos frente al Éibar con el 3-0, o la Rianxeira, que de estar reservada a los éxitos ha pasado a sonar en momentos menos dulces como el 4-0 de Copa ante el Sevilla o el partido de vuelta de esa misma eliminatoria en Vigo. De un tiempo a esta parte, Mi gran noche, de Rapahel, parece haberse convertido en habitual, mientras que la canción del Equipo A al inicio de la segunda parte es todo un clásico que la afición echó de menos durante unas cuantas jornadas en las que no se pudo escuchar.