«El secreto de sus ojos», de Campanella, el martes 5 de marzo con La Voz, y el jueves 7, «Cartas desde Iwo Jima», de Eastwood

M. A. Fernández

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05 feb 2013 . Actualizado a las 16:24 h.

«El secreto de sus ojos». El Oscar compartido

Compartido entre Argentina y España (mayoritaria), países coproductores de un drama romántico con ingredientes de suspense y ambientado en los años 70, a partir de un brutal asesinato ocurrido treinta años atrás y que obsesiona a un oficial de juzgado (Ricardo Darín), al tiempo que recuerda a una mujer amada tiempo atrás (Soledad Villamil, Goya a la mejor actriz revelación).

Se llevó el Oscar a la película de habla no inglesa, junto al apoyo de crítica y público (más de un millón de espectadores en las pantallas españolas). Era la cuarta colaboración entre el director Juan José Campanella y Ricardo Darín, después de haber alcanzado la cumbre con El hijo de la novia (2001), aunque con El secreto de sus ojos fueron más allá, combinando bajo una factura clásica, además de drama, ingredientes de thriller, suspense, unas pizcas de comedia, denuncia política (eran los tiempos más ruines de la dictadura argentina) y mucha emotividad, bien administrada por el también coguionista Campanella.

«Cartas desde Iwo Jima». Eastwood en la guerra del Pacífico

Cuando preproducía Banderas de nuestros padres, Clint Eastwood investigó sobre la Segunda Guerra Mundial en el frente del Pacífico, reparando en la original defensa que su general (Ken Watanabe) ideó para la isla de Iwo Jima, a partir de su terreno volcánico, creando un entramado de casi 30 kilómetros de túneles, 5.000 cuevas y puestos fortificados, desde donde las fuerzas japonesas, inferiores en número, podían disparar a las tropas americanas.

La escritura del guión (de Paul Haggis e Iris Yamahsita) tomó como base el libro Picture Letters From Commander In Chief, del general Tadamichi Kuribayashi, con las cartas enviadas a su esposa y a sus dos hijos. Para rodar en Iwo Jima, solicitó autorización al gobernador de Tokio, que puso como condición el máximo respeto por unas tierras que consideran sagradas, al acoger los restos de miles de soldados japoneses. La imposibilidad de garantizarlo, llevó a Eastwood a filmar en Islandia, cuyas tierras volcánicas guardan un gran parecido a las Iwo Jima. Oscar al mejor sonido, está considerada por el American Film Institute entre diez mejores filmes del 2006.