Jimmy Causey diseñó un espectacular y elaborado plan de huida, aunque días después fue capturado
09 jul 2017 . Actualizado a las 13:58 h.La realidad supera siempre a la ficción. Una máxima que se ha vuelto a cumplir, porque ni al más avezado guionista se le hubiera ocurrido una historia igual. El protagonista es Jimmy Causey, que cumple una pena por secuestro desde el 2004. Causey logró escapar de una prisión de máxima seguridad en Carolina del Sur la noche del jueves, tal y como informa el diario New York Times. Al parecer, el recluso habría utilizado varios móviles para controlar el dron que le ayudaría a burlar las medidas de seguridad de la cárcel.
El móvil sirvió para arreglar la entrega de un cortador de alambre que le sería entregado a través de la nave no tripulada. De esta forma, Causeypudo cortar el alambrado para poder huir. También se encargó de dejar un muñeco en su cama para que la noticia de su fuga no fuera tan inmediata y le diera tiempo a escapar.
Al día siguiente, sin embargo, el recluso fue encontrado en Austin (Texas) en el motel donde se alojaba y no opuso resistencia al ser arrestado. Tenía con él una pistola semiautomática, una escopeta, munición extra, cuatro teléfonos y alrededor de 50000 dólares (40000 euros) en efectivo. Las autoridades no fueron capaces de explicar ni de dónde pudo haber sacado el dinero ni tampoco los materiales para hacer el maniquí que dejó en su celda.
La autoridades federales recibieron numerosas críticas por no contar en las prisiones estatales con oficiales con la autoridad de bloquear las señales telefónicas en sus instituciones. «Ahora no se puede frenar a las personas para que paren de realizar actos criminales estando detrás de los barrotes. Están físicamente encarcelados, pero ya no virtualmente encarcelados», afirmaba Bryan Stirling, el director del departamento de correccionales de Carolina del Sur.
Segundo escape de prisión
Sin embargo, Causey no necesitó un móvil cuando escapó por primera vez de la cárcel en el 2005. En realidad, él y otro recluso engañaron a los guardias colocando cabezas hechas con papel higiénico en sus camas. Después, se escondieron en un contenedor y escaparon en una furgoneta que fue a recogerlos. Estuvieron sueltos dos días antes de ser encontrados cuando hicieron un pedido de pizza a domicilio por su actitud sospechosa y que facilitó su arresto nuevamente.