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La carballesa Rocío Pérez acude a «Cámbiame» para «enterrar» su pasado

M. P. REDACCIÓN / LA VOZ

INFORMACIÓN

La cantante de Carballo contó las calamidades que pasó durante toda su vida y estrenó nuevo look

18 sep 2017 . Actualizado a las 21:14 h.

La cantante carballesa Rocío Pérez acudió al programa de Telecinco Cámbiame para dar un cambio radical a su look. Su frase de entrada antes de salir al plató fue: «Quiero un cambio para salir de la aldea». 

En cuanto se abrió la puerta del plató comenzó a relatar su dura vida vestida con una camisa de cuadros negros y blancos, un vaquero y unas zapatillas tipo Converse. «Hola me llamo Rocío y tengo 35 años. Soy de una aldea de la provincia de A Coruña, de una casita sola en el medio del monte, las más cercanas están a dos kilómetros», empezaba. Uno de los coaches del programa le preguntaba cómo se llamaba su aldea. «A Férveda, en la parroquia de Rus, en Carballo», explicaba. Cuando aún no había de explicar sus orígenes, Pelayo Díaz ya había pulsado el botón rojo y la había rechazado. Aún así, ya visiblemente emocionada, Rocío Pérez proseguía contando su trágica infancia. «Allí me he criado desbrozando montes, ordeñando vacas en varias cuadras, de camarera, de costurera... Ahí he tenido que cuidar a mis abuelitos enfermos y criar a mi hermana. He conseguido mi sueño hace un año y medio. Mi sueño es ser cantante. He comprado un equipo y voy haciendo bolos por las aldeas», explicaba, recordando así su paso por Luar y sus actuaciones por fiestas y verbenas que ha ido consiguiendo desde su participación en el programa de la TVG.

«Pero ahora tengo un problema que yo no sé vestirme, en medio del monte no había otras cosas y voy a cantar así. La gente que va a verme va más arreglada que yo. Por eso vengo aquí a que me ayudéis y me vistáis como una artista porque es lo que me falta. Cantante ya lo soy», terminaba su alegato entre lágrimas y con los tres coaches muy emocionados.

El primero en hablar era Pelayo, que le pedía perdón por haberla rechazado sin esperar a escuchar toda la historia. «Qué valor tienes, qué guay todo lo que has conseguido», apuntaba.

Los estilistas de Cámbiame han ido preguntando para indagar un poco más en la trayectoria vital de Rocío Pérez que ha explicado que vivía ella sola en su aldea y que aunque en verano le gustaba, «en invierno tengo mucho miedo». Cuando le cuestionaron sino podía marcharse de allí, les respondía muy humilde que «es donde nacieron mis abuelos, son mis raíces, me dejaron aquello a mí».

Y Rocío Pérez narró ante toda España que su madre les abandonó a ella y a su hermana con pocos años y sus abuelos «se ocuparon de mí y luego yo me tuve que ocupar de ellos. Mi abuelo se quedó encamado cuando tenía doce años y lo cuidaba y estudiaba al mismo tiempo», explicaba. A los quince años fallecieron sus abuelos y tuvo que mudarse a Barcelona junto a una tía materna pero tampoco guarda buen recuerdo de esta etapa. «Allí lo pasé mal y tuve que buscarme la vida», continuaba, añadiendo que con 18 años se hizo cargo de su hermana menor.

Rocío Pérez tuvo que escoger cuál sería la estilista que le cambiaría su look. «Tengo un nudo en el corazón», señalaba Cristina, que se mostraba totalmente conmocionada ante el duro relato de la carballesa. «Me haces sentir pequeñita porque creo que eres una heroína. A mí me han ido bien las cosas, tengo una familia maravillosa y cuando veo alguien que ha tenido muchos problemas y tiene valores...», continuaba la estilista. Finalmente, Rocío Pérez optó por que fuese Cristina la que la sometiese a su gran cambio, dejándola prácticamente irreconocible.

Con ella siguió hablando de su duro pasado. «Me paso días, semanas sin hablar con nadie. Semanas, hablo con mis animales pero nada más», explicaba. «Nuestra casa era muy pobre, mis abuelos vendían un ternerito al año y la leche para nosotros», proseguía y resumía la falta de su madre con que «se le cruzó el cable y optó por la vida loca».

Ya en plató la presentadora Carlota Corredera señalaba que era la primera vez que se habían enfrentado a un situación así, poco antes de presentar a la hermana de Rocío, Uxía, que había venido desde Suiza para darle una sorpresa. Carlota Corredera se mostraba muy emocionada al hablar de la dura historia de las dos hermanas.

Durante el proceso de cambio y ante el espejo Rocío Pérez se negaba a mirarse, diciendo que se recordaba a su madre. Cámbiame también mostró la sorpresa de Rocío al ver como le cortaban el pelo: «¡qué rape me estás metiendo...! Pon el color que tu quieras pero el flequillo dejámelo aunque sea de lado. No soporto verme sin nada en la frente», explicaba. «Me están rapando tengo el corazón a doscientos», confesaba.

Antes de que Rocío descubriera su nueva imagen se reencontró con su hermana Uxía. «Ella es mi vida, fue toda mi vida y me hice fuertey dura por ella. Viví por ella y lo volvería a hacer. Padre es el que cría con amor», aseveraba. 

Y finalmente Rocío Pérez se descubría con su nuevo look, con el pelo lila y la cabeza semirapada. «No me reconozco», aseguraba. Pero a pesar de que el programa había hecho una excepción y le había prometido otro cambio si el primero no le gustaba, parece que sí que acertaron.