
No será una superluna como la del 2016, pero en los próximos días se podrá observar en su fase más completa
03 nov 2017 . Actualizado a las 19:14 h.Será este sábado 4 de noviembre, mes con unas diez horas de luz en nuestras latitudes y unas 14 horas diarias para observar el cielo nocturno, cuando se producirá la conocida como «luna del castor», «luna helada» o «luna escarchada». El primer nombre, extendido, sobre todo, en Estados Unidos, se debe a que la luna llena de noviembre llega en la época del año (en el hemisferio norte) en la que las tribus nativas de América del Norte ponían trampas a los castores en los pantanos, antes de que estos se congelaran, asegurándose así tener suficientes pieles calientes para el invierno.
Según los datos del Observatorio Astronómico Nacional, será este sábado a las 06.24 horas cuando esta luna llena de noviembre brille más y esté en su fase más completa. Menos de dos días más tarde, el 6 de noviembre, la luna se situará en su perigeo (en el punto más cercano a la Tierra) por lo que se podrá observar en su máximo esplendor. El día 4 estará a una distancia de 364.004 kilómetros de nuestro planeta, mientras que el lunes se acercará hasta los 361.438 kilómetros.
En las próximas jornadas, sin embargo, todos aquellos que miren al cielo esperando un nuevo espectáculo celeste deberán tener en cuenta que el tiempo puede convertirse en un obstáculo. Si las previsiones se cumplen, en Galicia habrá nubes y lluvias durante el fin de semana. Tan solo, el lunes, sobre todo por la tarde, regresará un anticiclón débil que despejará los cielos.
No será una superluna
Aún así, esta «luna del castor» no alcanzará la categoría de superluna. Una luna llena ocurre cada mes cuando el Sol, la Tierra y la Luna se alinean, con la luna en el lado de la tierra opuesto al sol. El término superluna se usa para describir una luna llena en su perigeo -el punto en que la órbita de la luna está más cerca de la Tierra-, haciendo que aparezca un 14 % más grande y un 30 % más brillante en el cielo.
La luna llena de este noviembre estará muy cerca de este perigeo pero no dentro del tramo de aproximación fijado para que se denomine de este modo.
Si la lluna llega este sábado 4 de noviembre, el viernes 10 será cuando tenga lugar el cuarto menguante. La luna nueva se producirá, a su vez, el sábado 18 y, el cuarto creciente, el domingo 26 de noviembre.
En este 2017, la única superluna del año se producirá el 3 de diciembre a las 16.48 horas.
La gran superluna del 2016
Fue, precisamente, hace un año, en noviembre del 2016, cuando se produjo la superluna más grande y brillante de los últimos 68 años, un auténtico espectáculo cósmico -a pesar de que para muchos fuera al final difícilmente apreciable- que no volverá a verse con esas dimensiones hasta el año 2034.






















El fenómeno de la superluna del 2016 tuvo lugar al coincidir la luna llena con la fase de mayor acercamiento del satélite a la Tierra, el mencionado perigeo, y al ser este el de mayor cercanía desde 1948. Lo que convirtió a esa superluna en singular con respecto a otras fue que solo hubo dos horas y media de diferencia entre el momento del perigeo y la irrupción de la luna llena.
Las Leónidas, una lluvia de meteoros muy popular en otoño
Antes de que llegue diciembre, cuando los aficionados de la astronomía podrán admirar la única superluna del año, hay otra cita importante en el calendario. Se trata de la lluvia de estrellas fugaces (o lluvias de meteoros) denominada Leónidas, popular en otoño, y ocasionalmente intensa, que tendrá lugar en la noche del 17 al 18 de noviembre.
Las lluvias de estrellas fugaces, de las que se conocen más de 140 al cabo del año, son en realidad, pequeños fragmentos de cometas (rocas y hielo) que entran en la atmósfera de la Tierra.

Lo curioso de la Leónidas, es que los restos que deja el cometa Tempel-Tuttle 1866 I, no están distribuidos en la órbita de forma uniforme. Por eso, hay años en los que la Tierra atraviesa los restos de este cometa y se encuentra con las partículas mayores y en número abundante, mientras que en otras ocasiones la intensidad es algo menor.
A pesar de que este año no se espera que la lluvia sea especialmente activa, sí se podrán observar 10 meteoros/hora. Además, habrá luna nueva, lo que facilitará la visión de algún meteoro fugaz.
La buena visión de este fenómeno otoñal depende fundamentalmente de que los cielos estén despejados y, si esto es así, los expertos aconsejan alejarse de las luces de las ciudades y adentrarse en zonas muy oscuras para poder ver hasta las estrellas fugaces más débiles.

A su juicio, la mejor forma de verla forma más cómoda de ver la lluvia es utilizar una tumbona y aconsejan llevar comida, bebidas, ropa de abrigo y mantas. No hay que olvidar que las Leónidas se producen en noviembre.