Antes casarse con el príncipe Harry, ya ha protagonizado varias polémicas
27 nov 2017 . Actualizado a las 18:38 h.Meghan Markle nunca será princesa, aunque en la próxima primavera vaya a casarse con el príncipe Enrique de Inglaterra. Estadounidense, mestiza y «ferozmente independiente» así es la la actriz estadounidense Meghan Markle, que supondrá un soplo de aire fresco para la casa real de Isabel II. Abogada en la serie de televisión Suits, la actriz de 36 años, de larga cabellera morena y físico esbelto, era una desconocida cuando su nombre apareció hace un año ligado al del príncipe. La relación se hizo oficial una semana después, de manera inesperada. A raíz del furor mediático creado, el palacio de Kensington condenó en un comunicado «el sexismo» y «el racismo» contra Meghan Markle en las redes sociales, atacando además a la prensa por su «acoso» a la actriz. Cuatro días antes, el diario The Sun, el más vendido del país, titulaba en portada: La amiga de Harry, en Pornhub, la página web de videos para adultos. El «crimen» de la actriz fue en realidad haberse quitado el camisón en una escena de la serie Suits que acabó en la plataforma de videos porno. Una imagen alejada de la realidad de esta joven que, a instancias de Enrique, se involucró en actividades caritativas. Según su cuenta en la red social Instagram, hace yoga, y bebe zumos de verduras sanos.
Así es Meghan Markle, la mujer que ha consquistado a Harry
«Soy actriz, escritora, editora de mi blog de estilo The Tig, cocino bastante bien y creo en las cartas escritas a mano». Así se describía a sí misma en la revista Elle Meghan Markle, que ahora suma un dato clave a su biografía: en el 2018 pasará a formar parte de la familia real británica. Markle, conocida principalmente por su papel en la serie de abogados Suits, saltó a los titulares el año pasado cuando el palacio de Buckingham confirmó su relación con el príncipe Harry. A finalizar el 2016, Markle era la actriz más buscada en Google.
Nacida en 1981 en Los Angeles de madre afroamericana, la joven tuvo que hacer frente a numerosos prejuicios, según escribió en Elle. Markle se ve a sí misma como «una mujer fuerte, segura de sí misma y con orígenes mixtos». Su madre ejercía como trabajadora social, mientras que su padre era un técnico en iluminación para televisión. Fue al colegio en Los Angeles y más tarde estudió en Illinois. Pronto llegaron sus primeros papeles en cine y televisión, entre otros en series como General Hospital y 90210. Entre medias, también se ganó la vida gracias a su bonita caligrafía, por ejemplo colaborando en bodas. «Las cartas escritas a mano son una forma de arte que se ha perdido», contó en una entrevista. «Cuando conseguí mi primer trabajo en televisión, mi padre me escribió una que aún conservo. La idea de que alguien se tome tiempo para escribir algo con papel y bolígrafo es muy especial», añadió.
La serie de televisión Suits, en la que participa desde el 2011 y que ahora abandona, ha sido su mayor éxito hasta la fecha. Hace unos años comenzó también a implicarse en la lucha por los derechos de la mujer y actualmente continúa con este compromiso como embajadora de Naciones Unidas. En el 2013 lanzó su blog The Tig, en el que escribe sobre moda, gastronomía, joyas, derechos de la mujer y la vida en general. La gastronomía y la cocina figuran entre sus grandes pasiones. «No hay nada más rico e impresionante que un pollo perfectamente asado», dijo en una ocasión. «Lo suelo llevar cuando me invitan a cenar y siempre hago muchos amigos». El pasado abril, de manera repentina, cerró The Tig. «Es hora de decir 'adiós'», escribió a modo de despedida, pero sin mencionar un motivo más concreto. Muchos interpretaron que la boda con el príncipe Harry era inminente y la actriz abandonaba el blog para concentrarse en su vida privada.
Meghan Marcke, ferozmente independiente
El único pero, es que la actriz, tres años mayor que Enrique, está divorciada, señalaron rápidamente los tabloides, desenterrando fotos de su primer matrimonio (2011-2013) con un productor de cine. Sin embargo, no hay nada de lo que se sabe de ella que pudiera impedir el matrimonio, al contrario, estimó Penny Junor, la biógrafa del príncipe. «Creo que no supondrá ningún problema, y el hecho de que sea mestiza puede incluso ser una ventaja», explicó. «Ello demostrará que Enrique es un hombre profundamente moderno, a la altura, y no una criatura extraña venida de otro planeta, como se percibe a veces a los miembros de la Casa Real», agregó.
Algunos estiman, sin embargo, que la independencia de la actriz -que vivía en Toronto, Canadá, y mantuvo la relación con el príncipe a distancia- podría casar mal con los Windsor. «Supongamos que Meghan es la mujer adecuada, pero que quiere seguir con su carrera en el mundo del espectáculo una vez sea princesa. ¿Seguirá Enrique a su corazón (casándose) o a su cabeza (no casándose)?», se preguntó el Daily Mail. «Es fácil ver lo que el despreocupado príncipe Enrique y Meghan Markle tienen en común. Lo que está menos claro, en cambio, es qué harán ciertas mujeres de la familia real con una joven ferozmente independiente».
Porque, además de su papel de embajadora de la organización no gubernamental World Vision Canada, que trabaja a favor de los niños en países en desarrollo, Meghan Markle expresa regularmente sus convicciones feministas, forjadas durante su infancia en Los Ángeles, California. «A los 11 años, logró que un fabricante de jabón lavavajillas modificara un anuncio, tras escribir a la entonces primera dama Hillary Clinton (...), quejándose de que el anuncio insinuaba que el lugar de la mujer está en la cocina», escribió la BBC.
En un discurso pronunciado en el 2015 en el Día internacional de la mujer, apeló a estas últimas a hacer oír su voz: «las mujeres deben tener un sitio alrededor de la mesa (...) Y, en ciertos casos, si se les niega, tienen que crear su propia mesa».
Meghan Markle nunca será princesa
Meghan Markle nunca será princesa, título que sí recibió la madre del príncipe Harry, Diana de Gales. Y los motivos no son su divorcio, su profesión de actriz, su procedencia o su nacionalidad estadounidense. Pero esto no es nuevo, porque Kate Middleton, esposa del segundo en la línea de sucesión al trono, el príncipe Guillermo, y madre los príncipes George y Charlotte, tampoco recibirá nunca ese título por parte de la familia real inglesa. Ninguna de las dos lo serán porque no tienen ascendencia nobiliaria, algo que sí poseía Diana de Gales. En su día, Kate Middelton recibió junto al príncipe Guillermo el ducado de Cambridge, y Meghan Marke podría recibir el de Sussex, según algunos medios.
Harry, de príncipe de las fiestas al altar
Antes era el «príncipe de las fiestas», pero desde hace ya tiempo Harry, de 33 años, está mucho más tranquilo. Desde la adolescencia llamó la atención sobre todo por sus borracheras y sus amoríos. La mayor polémica tuvo lugar en el 2005, cuando apareció disfrazado en una fiesta con un brazalete con una esvástica. «Harry the Nazi», tituló el periódico The Sun. Pero estos últimos años, Harry tuvo apariciones cada vez más serias. Sirvió durante diez años en el Ejército, donde se formó como piloto de helicóptero, y estuvo dos veces de misión en Afganistán. En junio del 2015 terminó su servicio militar, en el que ascendió hasta capitán. Ya durante su tiempo en las fuerzas armadas se dedicó a actividades benéficas.
De este modo protagonizó numerosos titulares positivos, por ejemplo, por su lucha por los niños enfermos de sida en África o por los veteranos heridos. Para sus «Invictus Games» en favor de estos veteranos convenció al expresidente estadounidense Barack Obama, a su mujer, Michelle, y a su abuela, la reina Isabel II, para que participaran en un duelo en Twitter que se convirtió en viral en las redes sociales.
El hijo pequeño de la princesa Diana siempre ha tenido mucho éxito entre las mujeres y los medios británicos se referían a él cuando no tenía pareja como uno de los solteros más cotizados. Siempre se benefició de su figura atlética y de su fama de rebelde.
Las parejas de Harry siempre fueron un tema de interés. Y a él siempre le molestó la forma en que se hablaba de sus relaciones sentimentales, de eso no cabía duda. A mediados del 2016 se quejó de que tenía problemas para encontrar novia porque la prensa enseguida se abalanzaba sobre todas las mujeres. Por eso fracasó su relación con la actriz británica Cressida Bonas, según dijo.