La incertidumbre electoral planeó sobre la cena de gala ofrecida por Clinton a los ex-presidentes vivos En medio de una incertidumbre política sin precedentes, la Casa Blanca festejó oficialmente su 200 aniversario sin que se sepa cuál será el próximo inquilino del máximo símbolo de la democracia en este país. La incertidumbre sobre el ganador de las elecciones del martes planeó sobre la cena de gala que el presidente Bill Clinton y su esposa Hillary ofrecieron la noche del jueves a personalidades políticas y culturales de Estados Unidos, aunque el ambiente fue alegre y relajado.
10 nov 2000 . Actualizado a las 06:00 h.Entre los casi doscientos invitados a la cena de etiqueta estaban los ex-presidentes vivos y sus esposas, con la excepción de Ronald Reagan, quien está muy enfermo desde hace tiempo, y su esposa Nancy. Allí acudieron Jimmy Carter y Gerald Ford, acompañados de sus esposas Rosalynn y Betty, así como Lady Bird, la viuda de Lyndon Johnson, aunque los protagonistas estelares fueron George y Bárbara Bush. Mientras su hijo George W. espera en Texas con impaciencia saber si llegará a ocupar el Despacho Oval, los Bush departieron amistosamente con los Clinton, que, casualidades de la vida, fueron quienes les sacaron de ella en 1992. Antes de llegar a la cena, Bush padre reconoció que nunca en su vida había estado tan nervioso debido al recuento de votos en Florida. Afirmó que su hijo «está haciendo lo correcto y lo está haciendo con dignidad». Lamentos de Bush «Estoy orgulloso de cómo se está comportando», añadió, aunque lamentó algunas insinuaciones acerca de que su otro hijo Jeb, gobernador de Florida, pueda no haber actuado limpiamente. Oír eso «es algo que te mata», dijo. Aunque en los discursos no se habló de política, las elecciones del martes fueron el gran tema de conversación en mesas y corrillos. Así, el secretario de Defensa, William Cohen _único republicano en el gabinete de Clinton_, dijo que la situación es histórica y que se limita a «presenciar» los acontecimientos. En cambio, otros altos funcionarios demócratas confían en que Gore pueda ganar. En su brindis, Clinton dijo: «Hillary y yo estamos agradecidos más allá de lo que podemos expresar por haber servido como guardianes temporales de la casa del pueblo durante estos ocho años». Para Hillary la cena de gala supuso también la vuelta al papel de primera dama que había abandonado durante 16 meses en su campaña al Senado por el estado de Nueva York. Sin embargo, no se refirió para nada al que será su próximo trabajo como parlamentaria y se limitó a decir que la pasada semana, cuando se cumplió el 200 aniversario de la Casa Blanca, «estaba comprometida en otros asuntos». Vajilla de lujo Prefirió hablar de la historia de la mansión y de sus colecciones artísticas y presentó una nueva vajilla de lujo, cuyo coste de 240.000 dólares (45,6 milones de pesetas) ha sido pagada con donaciones privadas. El menú de la cena consistió en platos de la época de su inauguración, como perca asada, lomo de cordero ahumado y fricasé de maíz y cangrejo.