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Un sobrino del boxeador Urtain, en el corredor de la muerte de Florida

COLPISA MADRID

INTERNACIONAL

Pablo Ibar, de 28 años y sobrino del desaparecido boxeador José Manuel Ibar, Urtain, espera desde el pasado diciembre en el corredor de la muerte de una prisión de Florida para ser ejecutado. Pablo Ibar fue condenado hace medio año tras ser hallado culpable del asesinato hace siete años de las modelos Sharon Anderson y Marie Rogers y de Casimir Sucharski.

16 feb 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

Se trata del segundo español que pasa por el corredor de la muerte tras el caso de Joaquín José Martínez, cuya condena se revisará en breve. En similitud con este caso, el sobrino del boxeador siempre ha defendido su inocencia e incluso rechazó el cambio de condena que le ofreció la Fiscalía para que admitiera su culpabilidad. Según publicó ayer el diario vasco Deia, la familia de Urtain habría preferido mantener en silencio esta tragedia, que se suma al trágico suicidio del púgil, sin embargo, va a iniciar una campaña en los medios de comunicación para reclamar la atención pública sobre la suerte de Pablo Ibar. Éste se ganaba la vida como pelotari en los frontones de Florida. Al igual que ocurrió con José Joaquín Martínez, la familia necesita 150 millones para costear a un abogado capaz de hacer prosperar la impugnación de la sentencia, dado que hasta el momento Pablo Ibar ha estado asistido por letrados de oficio, a los que la familia acusa de ser responsables de la situación por la que atraviesa su hijo. Según un reportaje que el día 23 tiene previsto emitir la cadena vasca Euskal Telebista (ETB), la prueba de cargo por la que fue condenado el sobrino de Urtain es una fotografía de poca calidad obtenida de un vídeo casero con el que una de las víctimas grabó el asesinato. Sin embargo, los análisis de las huellas dactilares, de pelos y sudor hallados en la escena del crimen no aportan datos concluyentes. Más de dos meses en el corredor de la muerte han hecho mella en el estado de ánimo de Pablo Ibar, que fue llevado a la prisión de Florida sin informar siquiera a su familia.