Venezuela atribuye a Perú una actitud «inamistosa» y éste se considera víctima de una agresión verbal Las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Perú entraron en punto crítico con el anuncio de la retirada de sus respectivos embajadores por el caso Vladimiro Montesinos. El jueves, fue el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien llamó a su embajador en Lima, Gustavo Gómez Jaén. El hecho fue seguido por Perú al pedir a su diplomático en Caracas, Luis Marchand, que acuda a «consultas». Pérez de Cuéllar afirmó que «no respondemos a provocaciones con provocaciones. La reacción de Perú es firme, enérgica e inmediata».
29 jun 2001 . Actualizado a las 07:00 h.En un anuncio por cadena nacional de radio y televisión, Chávez atribuyó al Gobierno de Perú una actitud «inamistosa» por preparar supuestamente tres operaciones encubiertas de sus servicios policiales para capturar al que fuera todopoderoso asesor presidencial del depuesto Alberto Fujimori en tierras venezolanas. Caracas señaló que analizará las explicaciones diplomáticas dadas por Perú para calibrar el grado de su protesta. «No es una ruptura de relaciones», subrayó el ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Luis Alfonso Dávila. Añadió que el embajador de su país en Lima regresa a Caracas «a consultas» y no se incorporará hasta dentro de un mes, cuando tome posesión el nuevo presidente peruano, Alejandro Toledo (28 de julio). Toledo dijo ayer en Madrid que lamenta la posibilidad de que las relaciones con Venezuela se debiliten y manifestó su esperanza de que la situación «se normalice», aunque respaldó la decisión del gobierno de Valentín Paniagua de retirar a su embajador en Caracas al considerarse «víctima» de una agresión verbal por parte de Hugo Chávez. Éste acusó a Perú de mentir en la detención de Montesinos.