El represor Alfredo Astiz es detenido a petición de Suecia para su extradición

AGENCIAS BUENOS AIRES

INTERNACIONAL

28 dic 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

El ex-represor argentino Alfredo Astiz fue detenido ayer a petición de la justicia sueca, por su presunta implicación en la desaparición de la joven Dagmar Hagelin en 1977. Hagelin, nieta de suecos, fue secuestrada en El Palomar, el 27 de enero de 1977, cuando fue a visitar a una amiga. Según testigos y declaraciones de supervivientes del centro clandestino de detención de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), Astiz comandó el grupo que capturó a la joven desaparecida. El padre, Ragnar Hagelin, asegura que su hija fue disparada por la espalda por Astiz y luego transportada en el maletero de un taxi a la sede de la ESMA. Suecia tiene un plazo de 40 días para formalizar la solicitud de extradición. El país escandinavo no es el primero que solicita juzgar a Astiz. Antes pidieron su extradición Italia y Francia. De hecho, este último país lo juzgó en ausencia y lo condenó a cadena perpetua por el secuestro, tortura y desaparición de dos monjas francesas. El Gobierno de Fernando De la Rúa negó su extradición tanto a Italia como a Francia, argumentando que los militares argentinos sólo pueden ser juzgados en su país y allí los protegen las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Seguían así el criterio del Gobierno de Carlos Menem. Pero ahora las cosas pueden cambiar. El ministro de Justicia del nuevo Gobierno argentino, Alberto Zuppi, reconoce el derecho de otros países a juzgar a los represores argentinos. De momento, se ha mostrado dispuesto a derogar el decreto que De la Rúa firmó tres días antes de rununciar, en el que prohibía las extradiciones de militares. Pero este gesto parece más un guiño del nuevo Gobierno a grupos de presión como las Madres de Plaza de Mayo, que una intención real de enfrentarse al Ejército, contrario a este tipo de medidas, en un momento tan crítico. Además, dentro del propio Ejecutivo hay posturas contrarias a la extradición, como la del ministro de Exteriores José María Vernet. Para zanjar las diferencias y unificar una postura oficial, el Gobierno conformó ayer una comisión con especialistas, que aconsejerá al presidente.