
La ONU y el Gobierno ruandés tratan de evitar este masivo viaje de vuelta ante el temor a nuevas erupciones
20 ene 2002 . Actualizado a las 06:00 h.Miles de congoleños regresaron ayer a la ciudad de Goma, situada al este del país, tras solidificarse la lava del volcán Nyiragongo, que entró en una fuerte erupción el pasado jueves. La ONU, el Gobierno ruandés y los grupos humanitarios trataron durante todo el día de evitar el viaje de vuelta ante el temor a nuevas erupciones, una posibilidad no descartada por los expertos en vulcanología. Los intentos por evitar el regreso de los desplazados desde Gisenyi se enfrentan con los deseos de los damnificados, que quieren volver a toda costa a su país y abandonan los campamentos de acogida. Mujeres con colchones y cacerolas en la cabeza, muchachos con cabras cargadas a la espalda y hombres que transportaban viejos electromésticos deambulaban por la vera del camino, con la esperanza de regresar cuanto antes a sus casas. El panorama que se encuentran al llegar a Goma es desolador. Una capa de una altura de entre tres y cuatro metros de lava ha invadido las principales arterias urbanas, donde el ambiente es irrespirable debido al calor y los gases que desprenden las piedras volcánicas, que aún no se han enfriado del todo. «En Gisenyi no tenemos recursos. Preferimos regresar y que cuando llegue la ayuda atraviese la frontera», señaló el estudiante Cizar Muhulira, de 18 años, y uno de los primeros en volver a Goma. Mejor en casa «Llevo tres días sin comer ni beber, por lo que no puedo decir que en Ruanda nos hayan ayudado. Para eso, estoy mejor en mi casa, aunque esté destruida», precisó el joven, que también responsabilizó al grupo rebelde que controla el área afectada, la Agrupación Congoleña para la Democracia (ADC), de «no haber hecho nada para auxiliarnos».